jueves, 15 de julio de 2010

A propósito de reforma


Un solo proyecto por sí mismo, no determina las características de toda la reforma Educacional.


La sociedad del conocimiento demanda al sistema escolar que comunique competencias intelectuales y morales de mayor nivel, lo que a su vez demanda una re conceptualización y reorganización profunda de su quehacer.

Así las nuevas formas de producir, comunicarse y organizarse de la sociedad, surgen demandas formativas al sistema escolar que apuntan al logro de:
• Mayores capacidades de abstracción y elaboración de conocimientos.
• Mayores capacidades de pensar en sistemas.
• Mayores capacidades de experimentar y aprender a aprender.
• Mayores capacidades de comunicarse y trabajar colaborativamente.
• Mayores capacidades de resolución de problemas.
• Mayores capacidades de manejo de la incertidumbre y adaptación al cambio.

Los desafíos en el plano moral, están íntimamente relacionados con el déficit de socialización y crisis de sentido, observables en la sociedad actual. El primero referido a la crisis de la familia y a la escuela como agencias de transmisión de valores y pautas culturales que aseguren la cohesión del orden social. La segunda, referida a la ausencia de principios o visiones de mundo que generen adhesión a significados que vayan más allá de aquellos vinculados a la racionalidad económica.

El proyecto de modernización de la educación que nace de las demandas de las sociedades del futuro, como las señaladas, no determina las características de la reforma al sistema escolar. La reforma se sitúa en el campo social de la escolaridad y su ecología.

La Reforma educativa se relaciona con otros aspectos de la cuestión social. La organización de las instituciones, las motivaciones y organizaciones ene que se insertan los sujetos involucrados.

Luego surgen algunas preguntas, que dicen relación con los problemas, que como proyecto, se pretende dar solución. La reforma en marcha, del sistema educacional ¿Está abordando debidamente el problema de la desintegración social?, ¿Preparará a los alumnos para poder vivir en la sociedad del cambio constante y permanente? Y ¿Está en los lineamientos generales o específicos de ella, el formar ciudadanos conscientes de sus derechos y optimistas de su futuro?.

La sociedad, delega en el sistema educacional, la responsabilidad de la preparación de los niños y jóvenes para el bienestar individual y colectivo. En este sentido se desarrollan las políticas educacionales que surgen como respuesta a los requerimientos del presente y como anticipación a los del futuro. Pero un proyecto que pretende dar solución a los requerimientos de la sociedad, no determina las características de las transformaciones y cambios que una reforma implica. Las modificaciones están sujetas al conjunto de relaciones que se explicitan en el nuevo marco curricular nacional y los cambios tecnológicos, económicos y socioculturales, entre otros.

La Propuesta de Modernización que ha hecho el Gobierno de la Nación ¿puede mejorar la calidad del sistema de Educación Chilena?


El Estado es quien debe liderar los procesos de reforma, pero en ella han de participar todos los estamentos. La educación es tarea de todos. “Reforma educacional con el Estado pero no sólo por el Estado”.

A pesar de todos los esfuerzos del ministerio de educación, ya sea a través de la destinación de recursos, o de la acción directa de los programas de mejoramiento, los resultados no son los esperados. La baja calidad de los aprendizajes reflejados en algunos test y pruebas aplicadas para evaluar el proceso educacional, reflejan los contrapiés que ha dado la reforma.


Si bien es cierto, el Estado es el principal responsable de la educación, se deben encontrar los medios para llevar adelante los cambios necesarios que se requieren, para hacer de Chile un país competitivo inserto en esta aldea global, que en alguna medida es cada día más exigente.

Los Centros de estudios superiores, tienen mucho que decir en cuanto a la formación de los profesores de hoy. Formación que no ha dado sus frutos. Puesto que se inició la reforma desde la base; pero sin la debida preparación de los verdaderos actores y constructores de una reforma educacional “los docentes”.

Los niños aprenden poco en la escuela. El SIMCE, indica que los estudiantes de 4to. Y 8vo. Básico aprenden un poco más del 50% de los contenidos mínimos de los programas de estudio. Esto quiere decir que el sistema educativo es poco eficiente.

Lo poco que aprenden no les sirve a pesar de que los niveles de cobertura de la enseñanza básica han aumentado considerablemente. Lo que los estudiantes aprenden, conocimientos, habilidades, valores, modos de aprender, etc., les sirve poco para insertarse en la actividad económica, para seguir desarrollándose social y personalmente, y para aportar activamente en términos sociales, políticos y culturales. Los resultados del SIMCE indican también la enorme segmentación interna del sistema. El sistema de logro de los establecimientos pagados se sitúa por sobre los colegios municipalizados. Esto demuestra, que se ha de mejorar la equidad en la distribución del servicio educativo que permita una educación de buena calidad para todos.

Chile ha entrado en una fase de desarrollo sin precedente en su historia, los índices socioeconómicos dan cuenta de avances sustantivos. Todo esto ha llevado a una expansión del consumo, donde la mayoría de la población ha podido acceder a mayor cantidad de bienes y mejores servicios. Paralelo a esto, nuestro país, se ha convertido en un dinámico actor en el concierto internacional, abriendo su mercado y diversificando sus exportaciones, concretando importantes acuerdos comerciales y de libre comercio con los principales grupos de países del mundo, como lo demuestra la incursión en el mercado europeo.

En este escenario, los grandes temas en discusión hoy en día son como hacer que la estabilidad y la prosperidad económica se conviertan en mayores y mejores oportunidades de crecimiento para todos los chilenos superando los altos niveles de desigualdad en el ingreso, por tanto, la equidad y la justicia social han surgido como los grandes temas.

Al parecer no basta con el desarrollo económico, no basta con tener cifras macro económicas. Sin duda que el desarrollo sin estos elementos sería indispensable, pero el desarrollo debe también concebir a la persona humana como sujeto principal.

La sociedad, delega en el sistema educacional, en gran medida, la responsabilidad de la preparación de los niños y jóvenes para el futuro, anclando en ellos la esperanza de construcción de un mayor bienestar individual y colectivo. En este entendido se desarrollan las políticos educacionales que surgen como respuesta a los requerimientos del presente y como anticipación a los del futuro.



Aspectos que las propuestas difícilmente pueden superar.

El desafío de la modernidad ha encontrado en las políticas del sistema educacional chileno, un conjunto de medidas que apuntan a los aspectos que son claves en la aspiración de tener una sociedad compuesta por personas y ciudadanos comprometidos, con sentido crítico, con participación activa, creativa y compromiso social. Esto se pretende conseguir a través de dos mecanismos que son fundamentales: los objetivos transversales, en el ámbito del desarrollo del ser social, ético y el equilibrio afectivo, y el concepto de aprender a aprender, que permitirá a los jóvenes y niños contextualizar adecuadamente la sociedad de los cambios. Por otro lado existe el compromiso de destinar recursos suficientes para la exitosa puesta en marcha de la reforma, orientados principalmente al impostergable aumento de la remuneración docente, a la ampliación y renovación de la infraestructura y a la implementación de materiales de uso pedagógico.


Sin embargo, existen algunos aspectos que no están resueltos y pueden representar serias dificultades en el proceso de implementación de la reforma:

La tendencia a utilizar RANKIN de los resultados de las mediciones estandarizadas (SIMCE, PSU),para establecer tendencias entre los distintos segmentos de la sociedad, lo que contribuye a la estigmatización de los establecimientos educacionales con bajos resultados.

Vencer el pesimismo y cambiar la imagen de la catástrofe ambiental y los efectos de la crisis económica, dándole un renovado impulso a la reforma educacional.

La prioridad puesta en una cantidad de liceos altamente selectivos, mal llamados de excelencia, en nada contribuye a reducir la segmentación de resultados; al contrario, aumenta la brecha que ya existe.

La necesidad de implementar un plan coherente, que incluye la instalación de la nueva institucionalidad, la modernización del ministerio y , sobre todo, una radical expansión de las capacidades de los colegios, sus directores y profesores.


El cambio en la forma y los estilos de trabajo de los docentes.
Para este efecto se han destinado recursos para la actualización docente mediante becas y capacitaciones, pero ciertamente que el ritmo será algo paulatino, ya que son muchos los años de un estilo de trabajo que está institucionalizado.


La capacitación de gestión de las unidades educativas que tienen la gran responsabilidad de diseñar sus proyectos educativos.

Este aspecto es de sustantiva relevancia, el diseño y la gestión de los proyectos educativos son la clave del éxito de la reforma, saber si existe la capacidad y el compromiso necesarios en cada una de las unidades educativas es una gran interrogante.

Nuestro sistema educacional no puede cegarse a la necesaria competitividad que impone el sistema económico y cultural como mecanismo de selectividad.

El sistema educacional debe anteponer a la competencia el ser competente, esto es ser apto e idóneo para el logro de los objetivos y el ser cooperativo en el logro de las metas comunes, que el sistema educacional se ha impuesto para responder a los requerimientos que la sociedad exige. Pero aún así los establecimientos educacionales frente a recursos escasos deberán competir sustentados en su idoneidad, en el ser competente, último aspecto que aún cuando parece contradictorio sólo puede concretizarse sobre la base de la cooperación interna de cada establecimiento.

La adecuada formación de los profesionales de la Educación a través de las Universidades e institutos que la imparten. Este punto es de vital importancia ya que se espera el recambio con las nuevas generaciones de docentes.

Tal situación aún no se define, puesto que la proliferación de instituciones formadoras de profesores no ha demostrado capacidad, hasta el momento, de entregar el mercado laboral profesionales de alto nivel, de acuerdo a las demandas de la sociedad actual.

La gran tarea de la educación es precisamente hacer realidad todos aquellos aspectos que se mencionan como claves, en dar respuesta a los requerimientos que plantean las nuevas configuraciones de las relaciones entre sociedad, conocimiento, comunicaciones y educación.


La desigual oferta del servicio educativo.

Los resultados del SIMCE indican la enorme segmentación interna del sistema. El sistema de logro de los establecimientos pagados, se sitúa por sobre los colegios municipalizados. Esto demuestra, que se ha de mejorar la equidad en la distribución del servicio educativo que permita una educación de buena calidad para todos.

Los medios de comunicación traen nuevas formas de aprender. El conocimiento es algo que hacemos con la computadora; el aprendizaje viene computacional. A pesar de ello no existe la consolidada eficiencia y se llega a la mercantilización del conocimiento. Hoy ya no se pregunta por lo verdadero, sino por cuál es el uso de un conocimiento, cuál es su grado de eficiencia. La universalidad ha perdido el privilegio de ser productor de conocimientos y lo adquiere el mercado, las grandes compañías. El conocimiento recibe legitimación solo por la eficiencia. El conocimiento se hace cada vez más funcional. Se destacan más las destrezas que los ideales.

jueves, 8 de julio de 2010

Aspectos didácticos relevantes para la enseñanza de la geometría



De acuerdo a lo establecido en el marco Curricular, el aprendizaje debe tener lugar en una nueva forma de trabajo pedagógico, que tiene por centro la actividad de los alumnos, sus características y conocimientos previos. Es así como centrar el trabajo pedagógico en el aprendizaje más que en la enseñanza exige de los docentes, estrategia pedagógica diferenciada y adaptada a los distintos ritmos y estilos de aprendizaje de un alumnado heterogéneo. Esto implica reorientar el trabajo escolar desde una forma predominantemente lectiva, a una basada en actividades de exploración, búsqueda de información y construcción de nuevos conocimientos por parte de los alumnos, tanto individual como colaborativamente. El aprendizaje buscado se orienta hacia el desarrollo de destrezas y capacidades de orden superior tales como: descripción, clasificación, análisis, síntesis, capacidad de abstracción, entre otras.
En la escuela básica, en la enseñanza de las matemáticas se propician aprendizajes que van en dos direcciones que son complementarios e inseparables. Ofrecer a todos los estudiantes, la opción de ampliar y profundizar los estudios que son propios de este sector, sin perder de vista sus usos sociales y el papel que la matemática desempeña en la comprensión de aprendizajes propios de otros sectores. En este sentido, adquiere especial relevancia la dimensión formativa del sector, promoviendo el desarrollo del pensamiento lógico, del Análisis, de la deducción, de la precisión, de la capacidad de construir y resolver problemas a partir de la realidad y de formular y comprender modelos de tipo matemático.
En geometría el trabajo con material concreto en la escuela es necesario para el desarrollo posterior del estudio de lo que sí ellos aceptan como geometría: el estudio de las propiedades en un marco de una axiomática y procesos de demostración de esas particularidades.
Para Dina Y Pierre Marie Van Hiele-matrimonio de educadores holandeses, en el aprendizaje de la geometría se pueden reconocer niveles de entendimiento. Visualización, análisis, deducción informal, deducción formal y rigor. La enseñanza de la geometría en la escuela básica se centra en los tres primeros.
• En el primer nivel de visualización, los conceptos y figuras geométricas se ven como totales, por ejemplo, un estudiante podría distinguir un cuadrado por su aparente forma, pero no reconoce que tiene lados opuestos paralelos que sus ángulos interiores son rectos;
• En el segundo nivel, el de análisis, a través de la observación y de la experimentación, los estudiantes empiezan a comprender las características de las figuras;
• Logran el tercer nivel, la deducción informal, cuando consiguen establecer interrelaciones entre las formas geométricas, basadas principalmente en constataciones empíricas, muy cercanas en lo intuitivo.-

viernes, 25 de junio de 2010

El espacio y las formas geométricas




En la actualidad la geometría es la gran “ausente” en las aulas escolares. ¿Por qué afirmamos esto?.

No se tiene en claro para que enseñarla. Se repiten año a año los mismos contenidos sin saber a que conduce. Han quedado fuera contenidos como construcciones, definiciones, convenciones, vocabulario, etc.

La idea que todo conocimiento matemático debe vincularse con la vida cotidiana fue poco a poco “echando” a la geometría.

En la antigüedad la geometría pretendió resolver problemas de orden práctico.

Demarcación de un terreno luego de las inundaciones del río Nilo Fijar límites de terrenos Construcción de viviendas, etc

Esta idea de geometría en uso no es la misma que tiene el geómetra. No es la misma que tiene Euclides , el siglo III a.c.. Con Euclides aparece un espacio que se razona, se deduce, se representa. Deja de ser real para convertirse en un espacio imaginado. La geometría pasa a ser un modelo reflexivo. Tanto del espacio físico como del espacio geométrico. El espacio físico, es el que nos contiene y contiene los objetos concretos. Lo conocemos por medio de la percepción y los distintos sentidos. El espacio geométrico es el que está conformado por conjuntos de puntos y sus propiedades. Es la modelización del espacio físico. Lo conocemos a través de la representación.

¿Qué es una Figura?.: un objeto ideal . Las figuras geométricas no existen. Lo que nosotros “vemos” son representaciones de ideas concebidas en ese espacio imaginado.
¿Qué es un dibujo?. la representación del objeto ideal. Puede hacerse con gráficos en el pizarrón, cuaderno, graficador de una computadora, etc.

No debemos confundir el objeto ideal con su representación.

¿Cómo el niño construye el espacio?

“Los niños ingresan al jardín con conocimientos diferentes acerca del espacio según las experiencias en las que han podido participar.” (...) “ Los niños utilizan sus conocimientos en la resolución de nuevos problemas espaciales. Estos nuevos problemas les permiten incrementar los aprendizajes realizados hasta el momento ampliando los sistemas de referencia involucrados.”

No es suficiente “vivir” un espacio para lograr dominarlo. Es necesario apoyarse en ciertas conceptualizaciones, en ciertas representaciones, para resolver los distintos problemas que se presenten.

Si bien es cierto que el sujeto construye sus conocimientos espaciales desde que nace. También es cierto que es necesaria la acción de la pedagogía para que estos conocimientos se estructuren.

En los últimos años el trabajo teniendo en cuenta situaciones problemáticas, el estudio de series numéricas, las funciones del mismo, los distintos contextos en los cuales se trabajan los números, etc, . han transformado el enfoque en la enseñanza de la aritmética. Pero no ha ocurrido lo mismo con la enseñanza de la geometría y especialmente con la enseñanza del espacio.

Y es en este último donde persisten las confusiones. ¿Cómo cuáles?. - Confundir el conocimiento espontáneo con una enseñanza sistemática. - Considerar como tema a enseñar “La construcción del espacio”. - Creer que los niños, para aprender en la escuela, deben atravesar ciertas etapas que van desde lo concreto a lo gráfico y desde lo gráfico a lo abstracto.

Esto produjo la organización de etapas en la enseñanza: primero la vivencia, luego la representación y por último la abstracción.

Es necesario hacer una distinción entre el espacio real y los aspectos matemáticos que están vinculados. El simple hecho de desplazarse, arrojar objetos o jugar con una pelota, no permite, a los niños, realizar conceptualizaciones de conceptos matemáticos. No hay actividad matemática en el desplazamiento físico.

Una cosa es el uso del espacio real (desplazarse, recorrer, etc) y otro los aspectos matemáticos que podrían estar vinculados a cada una de dichas situaciones

'Psicología y nociones espaciales

Distintos psicólogos han tratado de explicar el desarrollo de los conocimientos espaciales. La abundancia de situaciones y la diversidad de los modos de tratamiento dejó al descubierto la imposibilidad que tiene la psicología para clasificar las situaciones de manera de considerar simultáneamente, la diversidad de conocimientos de los alumnos y la pluralidad potencial de los modos de tratamiento de los objetos por un mismo sujeto

Brousseau y Gálvez, son los que toman a su cargo la articulación entre el dominio de la psicología y el de la didáctica y proponen tener en cuenta el “tamaño del espacio”

Las acciones de los sujetos en el espacio dependen del “tamaño” de éste. Alsina. Burgues y Fortuny distinguen cuatro tamaños del espacio donde se realizan las acciones geométricas. El microespacio. es el que corresponde a la manipulación de los pequeños objetos. Próximo al sujeto. . El mesoespacio: es el espacio de los desplazamientos del sujeto, en un dominio controlados por la vista. Los objetos que están fijos funcionan como puntos de referencia perceptibles sólo desde ciertas perspectivas El sujeto está en el interior del espacio. ,

El macroespacio: espacio de las grandes dimensiones entre los cuales se destaca el espacio urbano, el rural y el marítimo Los objetos están fijos, funcionan como puntos de referencia, pero sólo una parte está bajo el control de la vista. El sujeto está en el interior del espacio.
El cosmoespacio: poden en juego los problemas de referencia y orientación. Su ámbito de estudio corresponde a los fenómenos ecológicos, geográfico, topográficos y astronómicos.

Las distintas geometrías que se trabajan en el nivel inicial y primaria.

Geometría topológica: también llamada la geometría de la lámina de caucho. En este enfoque las figuras son sometidas a transformaciones que pierden sus propiedades métricas y proyectivas.

Geometría proyectiva. se definen transformaciones que deforman los elementos conservando la alineación de los puntos. Es la geometría de las sombras.

Geometría euclideana: estudia las propiedades y problemáticas de las figuras de naturaleza ideal. se refiere a las transformaciones que sólo cambian la posición de los objetos y por lo tanto conservan el tamaño, las distancias y las direcciones, es decir los aspectos relacionados con la medida. Se mantiene los ángulos, la relaciones de incidencia, longitud, etc.

Figuras geométricas

Los cuerpos geométricos son entes geométricos, es decir no tienen existencia real. Cuando hablamos del espacio geométrico, hablamos de un espacio puntual, no de un espacio físico. Ninguna figura geométrica tiene existencia real, lo que hacemos al dibujar un cuadrado, un triángulo, etc, son representaciones de dichas figuras.

Veamos algunas definiciones importantes.

Figura: todo conjunto de puntos. Cuerpo, también llamado sólido; figura tridimensional, posee alto, largo y espesor.(ancho, largo y alto), pueden diferir los términos para nombrar sus distintas dimensiones, pero su característica es la tridimensionalidad.

Reflexionando sobre nuestra practica docente

En los últimos años se ha hecho hincapié en la necesidad de la indagación de saberes previos para la construcción de conocimientos. Es probable que Usted tenga este aspecto lo suficientemente claro en la elaboración de las clases. Pero, creemos que es importante hacer alguna referencia al tema, pues algunos consideran que los niños, no pueden tener ideas previas sobre contenidos matemáticos o bien creen que, tienen ideas previas relacionadas con los números y no respecto a las figuras.
Sabemos que los niños tienen ideas previas con respecto a las figuras geométricas, saben que algunas “ tienen puntas” otras tienen lados “derechos” , observan que una pelota rueda.

¿Qué hace el docente frente a estas ideas previas?. ¿Qué tiempo y espacio dedica cada docente en recuperarlas?, y si lo hace, ¿para qué las emplea?. Los niños tienen ideas perceptivas de las figuras, pero, ¿por qué terminan el ciclo de la escuela primaria sin haberla enriquecido?.

Es cierto que la enseñanza de la Matemática básica no ha sabido capitalizar demasiado a menudo la riqueza del conocimiento informal y esto ha hecho que se la enseñe desconectada de la realidad y en forma mecanicista y repetitiva. Piense cómo ha recibido Usted los conocimientos matemáticos durante su etapa de escolaridad. Los niños hacen dibujos en los que representan su entorno, su familia, su casa, etc., juegan con objetos de diferente forma.

Si queremos dar a los niños una oportunidad de poder construir sus conocimientos debemos escucharlos y entender cómo piensan. Los adultos, también tenemos ideas previas, y se aprende a partir de ellas. Por lo tanto podemos enseñar a partir de ellas

Las figuras y los dibujos

Vimos que la figura es un objeto ideal y el dibujo es la representación de ese objeto. Los dibujos deben ser empleados para reconocer las figuras, identificar sus características y establecer relaciones entre sus elementos. Es común que, frente a la necesidad de solucionar algún problema recurramos al dibujo para clarificar dicha situación. Muchas veces los docentes cometemos muchos errores al emplear los dibujos.

o Los rectángulos tienen siempre lados desiguales. o Los triángulos siempre están “apoyados” sobre uno de sus lados. o Si se presenta un triángulo rectángulo se “apoya “ sobre uno de sus catetos, de manera que la hipotenusa siempre tendrá una posición diagonal. o Los cuerpos siempre se “apoyan” sobre las caras llamadas bases.

De esta forma, los niños creen que las figuras cambian al desplazarse, que la característica del rectángulo está en relación con los lados, tienen dificultades para reconocer figuras ubicadas en distintas posiciones, convirtiéndose en verdaderos obstáculos

jueves, 17 de junio de 2010

LENGUAJE Y PROBLEMAS





Las dificultades que puede presentar la lectura de los enunciados matemáticos pue-den deberse a varias causas. Dificultades por a la complejidad sintáctica del lenguaje ordi-nario utilizado en el enunciado, dificultades por a la utilización de vocabulario técnico, di-ficultades causadas por la utilización de signos matemáticos y dificultades por la incapaci-dad de relacionar las matemáticas con el contexto. Vamos a analizar cada uno de ellos.

El primer grupo de estos factores se refiere al lenguaje en el que se expresa el enun-ciado del problema. Este lenguaje presenta una serie de características que pueden complicar la comprensión del problema:

• El lenguaje matemático tiene semejanzas con el lenguaje ordinario pero utiliza palabras y símbolos con un significado totalmente distinto. Ejemplo: Igual, raíz, índice, etc. En matemáticas “igual” se refiere a la igualdad, el signo de igualdad separa dos designa-ciones de un mismo objeto; en el lenguaje ordinario, quiere decir parecido, similar. En matemáticas, el cuadrado no tiene cuatro lados iguales sino 4 lados de la misma longi-tud. Si los lados fueran iguales, estarían superpuestos, colocados en el mismo lugar.

• El lenguaje matemático está ausente de valoraciones subjetivas y necesita precisión, así la utilización de términos como delante y detrás del lenguaje ordinario en relación con anterior y posterior, puede provocar confusiones. Ejemplo: en una fila de personas los que están delante o detrás de uno cambiarán dependiendo de que la fila esté mirando a derecha o a izquierda. En matemáticas el número que está “delante” es el “anterior” y el que está “detrás” es el “posterior” y esto no cambiará nunca.

• El lenguaje matemático tiene diferencias con el ordinario, al emplear letras para la re-presentación de variables y la notación alfabética y numérica de los números añaden mayor dificultad a los enunciados de los problemas.

• El orden y la forma de presentación de los datos puede dificultar la traducción del enunciado a una representación mental. Ejemplo el poner sumas, restas en horizontal, la utilización de varios signos para una misma operación (en la división: ÷, /, ) el uso de ciertas expresiones (paréntesis, fracciones, índices, etc.) que obligan a leer el enunciado en todas las direcciones, no sólo de izquierda a derecha y en su conjunto.

• La presencia de datos irrelevantes para la solución del problema también puede oscure-cer su representación mental, pero a la vez nos puede ayudar a entrenar a los alumnos/as a identificar los datos importantes de los superfluos o a deducir que se trata de un problema que no se puede resolver por no disponer de todos los datos necesarios.

• Según algunos estudios cuantas más palabras tenga el enunciado más complicado re-sultará su resolución, siendo esta influencia mayor en los primeros años de la escolari-dad que en los últimos. Lo mismo cabe decir del número de operaciones aritméticas que requiere el problema y del tamaño de los números que se emplean (al aumentar el número de operaciones y el tamaño de los números disminuyen las probabilidades de éxito).

• Cuando hablamos en matemáticas de un círculo disponemos de dos palabras diferentes para distinguir la línea y la región interior a la línea (circunferencia y círculo o disco respectivamente). No existen, sin embargo, palabras equivalentes para el cuadrado o el rectángulo; hay que hablar, de lados del cuadrado o del interior del cuadrado.

• En niveles básicos de enseñanza la realidad choca en el lenguaje matemático, el cual es abstracto con conceptos que son intangibles e invisibles, que no existen como tales en la vida real. El lenguaje y la práctica escolar pueden llevar a confundir entre las si-tuaciones reales que se plantean y los modelos matemáticos de dichas situaciones. En los niveles de Infantil y Primaria, los objetos matemáticos, tienen que reflejar esas rea-lidades vivenciales llenas de tangibles y visuales, pero progresivamente, los alumnos/as, deben desprenderse de ellas en los niveles superiores de enseñanza. Ejemplos:

- En la clase de matemática, y en los libros de texto encontramos expresiones tales como: “Dibuja una recta, un ángulo, recorta un triángulo, muéstrame un plano, etc.” Como entidades abstractas que son, es obvio que no se puede dibujar una recta o un ángulo. La recta, como entidad matemática, es ilimitada y carece de espesor, no así los dibujos y representaciones gráficas que se hacen de ella. Lo que el alumno dibuja para realizar estas tareas es un trazo (objeto real) que simboliza el concepto de recta, ángulo (objeto abstracto) correspondiente.

- La circunferencia es un objeto matemático idealizado que no existe en el mundo re-al. Es una abstracción o generalidad que surge cuando encontramos muchos ejem-plos de formas tales como ruedas, relojes, mesas, camilla, etc. Matemáticamente se define como "el lugar geométrico de los puntos del plano que equidistan de uno fi-jo", o el conjunto de pares de números reales que satisfacen la ecuación x2 + y2 = r2. Posiblemente si comprobamos esta propiedad en cada uno de los ejemplos anteriores nunca se cumple con exactitud, aunque sí de una forma aproximada.

• Comparativos: En matemáticas se dice de manera indistinta que 3 es más pequeño que 5, o que 5 es más grande que 3. en el dominio de las magnitudes se dice que la cuerda A es más corta que la cuerda B, o bien que la cuerda B e más grande que la cuerda A, o que la cuerda A es menos larga que la cuerda B; pero nunca se dice que la cuerda B es menos corta que la cuerda A.

jueves, 10 de junio de 2010

Resolución de problemas:




El modelo más clásico, pero aún vigente, de las fases por las que atraviesa la resolución de problemas matemáticos es el descrito por Polya . Para él la resolución de problemas es un proceso que consta de cuatro fases:

• Comprensión del problema
• Planificación
• Ejecución del plan
• Supervisión

Este modelo ha inspirado la gran mayoría de los modelos de resolución de problemas que se han elaborado posteriormente.

Nuestro planteamiento de intervención para la resolución de problemas se basa en estas cuatro fases, las cuales hemos adaptado para su uso en los básicos niveles de Ed. Básica Así que antes de enfrentamos a un problema planteamos en voz alta, de forma reiterativa, los mismos pasos, los cuales se detallan a continuación y que pueden tener distintas variables, dependiendo del nivel en el que nos encontremos y del número de operaciones implicadas que puede contener. Así pues, nuestros pasos son:

1º.- Entender el problema.
2º.- Realizar una representación gráfica del problema.
3º.- Trazar un plan de actuación.
4º.- Realizar la operación que hemos deducido.
5º.- Comprobar la respuesta.




“ENTENDER EL PROBLEMA“:

Partimos de la base que hemos seguido los consejos, del apartado “Redacción del enunciado del problema” a la hora de redactar o de elegir un problemas para que resuelvan nuestros alumnos/as.

En este primer paso hacemos referencia a la identificación y definición del problema. La identificación supone el reconocimiento de la existencia de un problema y de la necesidad de resolverlo. La mayoría de los problemas matemáticos que tienen que resolver los alumnos no exigen ningún esfuerzo de este tipo, puesto que el problema ya se les ha presenta como tal.


La definición del problema consiste en la decodificación de los símbolos escritos y en la conversión del enunciado matemático en una representación mental.

Para lograr la correcta comprensión del problema, deben ser capaces de identificar los datos relevantes de los que no lo son, para lo cual podemos utilizar las siguientes estrategias:

1.- Realizamos la lectura del problema, esta debe de realizarse de forma progresiva:

- Lectura en voz alta por parte de uno o varios alumnos, primero del planteamiento y luego de la pregunta.
- La lectura irá acompañada de preguntas del maestro en busca de la comprensión del mismo, estas preguntas nunca deben contener en sí la respuesta. Ejemplo. “de que va”, “que nos cuenta”, “de qué cosas habla” “de quién habla”, “qué les ha pasado”…
- En tanto no exista una comprensión del texto, se repetirá sucesivamente la lectura, por otros alumnos, de un grupo determinado de ellos o del grupo entero, al objeto de que la dispersión de pensamiento se vayan concentrando en su comprensión.
- Después de leerlo con pausa y reflexionando, es importante intentar responder a las siguientes preguntas:

• ¿Entiendes todo lo que se dice?
• ¿Puedes replantear el problema en tus propias palabras?
• ¿Distingues cuáles son los datos?
• ¿Sabes a qué quieres llegar?
• ¿Tenemos toda la información que necesitamos?
• ¿Hay información que no necesitemos?
• ¿Es este problema similar a algún otro que hayas resuelto antes?

2.- Subrayaremos con lápiz rojo los datos del problema y en azul la pregunta, al objeto de separar los datos de las preguntas.

3.- El alumno explicará, con sus propias palabras, el enunciado a un compañero: señalando cuál es la pregunta del problema, indicando los datos que hacen falta para resolver el problema y separando los datos relevantes de los que no lo son.

4.- Cuando el problema contenga más de una operación, es necesario que lo separe en cada una de sus partes, para resolver cada una de ellas en relación con las restantes partes y con el enunciado total de problema.

5.- Otras tácticas que podemos realizar son:

• Escribir de modo esquemático el contenido de cada frase del enunciado.
• Reproducir el texto utilizando frases cortas y sencillas.
• Decir en voz alta el enunciado, recalcando las palabras clave.
• Asegurarnos que conoce lo que queremos encontrar, los datos y las relaciones entre los datos.
• Asegurarnos que comprende de donde partimos y qué queremos, así como las operaciones posibles para llegar del estado inicial al e final.
• Si la representación de un problema no conduce a la solución, trata de volver a formular el problema.


En resumen, buscamos no solo la capacidad de análisis de la información que aparece en el enunciado, sino también la “autoevaluación” que hace de su conocimiento de la tarea, del nivel de dificultad y de las posibilidades de éxito.

2º PASO: “REALIZAR UNA REPRESENTACIÓN GRÁFICA DEL PROBLEMA “:

Este paso que en los modelos de resolución de problemas se encuentra englobado dentro de otras fases, nosotros lo hemos sacado y otorgado más relevancia, debido a que en los niveles educativos de Infantil y primeros Ciclos de Primaria, la representación gráfica, en el trabajo diario se nos ha presentado, como un elemento clave, tanto para la comprensión del problema, como para la introduciendo en la resolución de problemas y en aquellos casos que la redacción del mismo les resulte especialmente difícil.

La representación mediante diagramas, gráficos o dibujos, no es la única estrategia de este tipo que podemos usar, también es aconsejable que a los niños se les planteen situaciones problemáticas teatralizadas, con cuentos de forma oral y manipulando objetos para que ellos los puedan representar de distintas formas.

Un recurso didáctico que da muy buenos resultados es la utilización de programas informáticos que a través del juego les planteen situaciones problemáticas. Este recurso tiene la ventaja, aparte de que el recurso en sí ya es motivador, que presenta de forma gráfica y en movimiento los problemas, y es este último aspecto, “el movimiento”, el mejor recurso que podemos usar, ya que ven directamente cómo se desarrolla el planteamiento del problema.
Una vez superada esta fase es aconsejable continuar mediante la representación gráfica de los datos del problema y en aquellos casos que la representación gráfica venga impresa en el libro de texto, pararnos a analizar los dibujos.
3er PASO: “TRAZAR UN PLAN DE ACTUACIÓN“:
Esta fase consiste en la planificación de la solución. Se trata ahora de diseñar el esquema de actuación a seguir, lo que supone identificar las metas y las posibles submetas cuando tratamos de problemas en los que debemos realizar operaciones intermedias, examinar las diversas estrategias generales que podemos aplicar y elegir las acciones que se llevarán a cabo.

En este punto vamos a trazar un plan de actuación. Para ello podemos utilizar diferentes estrategias.

• Utilizar palabras clave que mediante la asociación directa con la operación (juntar/unir con sumar, quitar/separar con restar) se les irán familiarizando poco a poco y les permitirá reconocer la operación a realizar en situaciones similares. Ejemplo: “¿Qué tenemos que hacer junta o quitar? (unir/separar)”

• Si se duda entre posibles operaciones, efectuamos una estimación y mediante el ensayo y error llevamos a cabo todas las posibilidades y vemos que solución se ajusta al resultado más lógico y esperado.

• Recordar un problema conocido de estructura análoga al que tengamos y tratar de resolverlo.

• Resolver un problema similar más simple o equivalente, simplemente cambiando el tema del que trate el problema.

• Si la numeración de los datos es muy alta, resolverlo con números más sencillos y utilizar el modelo empleado para resolver el problema original.

• Identificar las posibles submetas que pueda englobar un problema de varias operaciones. Esto supone la división del problema en partes, cada una de las cuales es imprescindible para llegar a la solución final:

- Si es el maestro el que identifica las distintas submetas, tendrá que delimitar cada una de las partes del problema y colocar en cada parte los datos correspondientes, solicitando del alumno que ponga en cada apartado la solución correspondiente, haciendo comprender al alumno que la solución hallada es el dato que necesitará para resolver la siguiente submeta.

- Si es el alumno el que ha de identificar cada una de las submetas, tendrá que tener en cuenta qué es lo que ha logrado con cada una de las operaciones que realiza para ir obteniendo los datos que requiere para alcanzar la pregunta final del problema.

- Si el texto tuviera más datos de los necesarios para la resolución del problema, anotar sólo los que hagan falta.

• Por su parte el profesor deberá plantear al alumno preguntas al objeto de ayudarle en su camino hacia encontrar la solución, como por ejemplo:

- ¿Cuál es el problema?
- ¿Qué estás haciendo?
- ¿Por qué estás haciendo esto?
- ¿Qué estamos tratando de hacer aquí?
- ¿Cómo te ayuda lo que estás haciendo para alcanzar la solución?
- ¿Qué información nos dan?

4er PASO: “REALIZAR LA OPERACIÓN QUE HEMOS DEDUCIDO“:

Una vez configurado el plan, el paso siguiente es hacer que el alumno lleve a cabo las estrategias que eligió previamente. Para ello, conviene que el alumno se tome el tiempo necesario para resolver el problema. En caso de dificultad debe solicitar ayuda para que el maestro le haga sugerencias que le permitan avanzar en la resolución del problema.

Igualmente aquí el papel de maestro será de guía mediante preguntas del tipo: ¿estamos siguiendo los pasos que decidimos?, ¿cuál es la operación matemática que debemos elegir?, ¿necesitamos un nuevo plan?,…

En esta fase uno de los mayores problemas con las que se encuentra el alumno es la traducción simbólica, en términos numéricos, de las ideas lógicas que ya ha realizado. Son capaces de resolverlo mentalmente, pero no con los algoritmos matemáticos necesarios. En este caso habrá que reforzar el significado de los distintos significados de las operaciones aritméticas y los verbos de acción y/o palabras clave que nos llevan a ellas.

Muchas veces en esta etapa de la resolución de problemas se pueden producir atascos, en los cuales no se debe tener miedo a volver a empezar desde el principio, o dejar para otro momento, suele suceder que un comienzo fresco o una nueva estrategia nos lleve al éxito.

5er PASO: “COMPROBAR LA RESPUESTA “:

Esta fase es la de verificación, de mirar hacia atrás, recorrer los pasos que se han seguido para la resolución del problema con objeto de detectar posibles errores o deficiencias. Sobre todo si se ha cometido un error debemos comprobar las decisiones tomadas (análisis de la información, ejecución de los cálculos, etc.) y de los resultados del plan ejecutado (exactitud de la respuesta, correspondencia con el enunciado que la originó, etc).

Es muy común por parte del alumnado, que una vez realizadas las operaciones:

- Den por terminado el problema sin que exista una respuesta escrita a la pregunta que planteaba el problema.
- Dar una respuesta escrita numérica pero sin acompañarla de la aclaración que del significado al dato.
- No realicen una reflexión de los resultados obtenidos que refuercen el proceso realizado.
- No se inmutan ante respuestas absurdas, ya que no realizan una correspondencia entre la solución alcanzada y el enunciado del problema que le permita comprobar el dato obtenido. (Ejemplo: Que el resultado del problema de que la edad de Manolito sea de 120 años)

El maestro de forma dirigida deberá introducir al alumnado, en un proceso en el que se planteen las siguientes preguntas:

• ¿El resultado obtenido tiene lógica?
• ¿El dato responde a la pregunta planteada?
• ¿Utiliza todos los datos importantes?
• ¿Cuadra con las estimaciones y predicciones razonables realizadas?
• ¿Es posible encontrar una solución más sencilla?
• ¿Se puede resolver el problema de un modo diferente?
• ¿Es posible utilizar la estrategia empleada para resolver otros problemas?

El principal problema del entrenamiento específico en heurísticos está en que los alumnos tienen problemas para aplicar los heurísticos aprendidos a nuevos problemas. Sin embargo con la práctica los alumnos irán interiorizando estas estrategias hasta llegar a plantearlas de manera espontánea.

Otra manera de mejorar los procesos de autocontrol del alumno es enseñarle a realizar estimaciones de los problemas que resuelve para compararlos con los resultados que obtiene y, de esta forma, modificar o no el proceso de resolución seguido. Así mismo, cuando las estimaciones no cuadre, les plantearemos preguntas del tipo: ¿qué fue lo que funcionó?, ¿qué podríamos hacer de manera distinta la próxima vez?,…

sábado, 29 de mayo de 2010

ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS PARA DESARROLLAR LA HABILIDAD PARA RESOLVER PROBLEMAS




INTRODUCCIÓN

Antes de abordar la enseñanza de la resolución de problemas matemáticos es necesario delimitar qué es lo que entendemos por problema.

Un problema es una cuestión a la que no es posible contestar por aplicación directa de ningún resultado conocido con anterioridad, sino que para resolverla es preciso poner en juego conocimientos diversos, matemáticos o no, y buscar relaciones nuevas entre ellos.

En los problemas no es evidente el camino a seguir; incluso puede haber varios; y desde luego no está codificado y enseñado previamente. Hay que apelar a conocimientos dispersos, y hay que poner a punto relaciones nuevas.

Es evidente que hay personas que tienen más capacidad para resolver problemas que otras de su misma edad y formación parecida, que suelen ser las que aplican (generalmente de una manera inconsciente) toda una serie de métodos y mecanismos que suelen resultar especialmente indicados para abordar los problemas. El conocimiento y la práctica de los mismos es justamente el objeto de la resolución de problemas, y hace que sea una facultad entrenable, un apartado en el que se puede mejorar con la práctica.

PAUTAS METODOLÓGICAS

De la afirmación anterior se derivan una serie de principios o pautas metodológicas que pueden orientar las estrategias didácticas para desarrollar la habilidad de resolver problemas.

a) Plantear al alumno situaciones problemáticas surgidas de contextos reales y que exijan planificar la acción, controlar y supervisar lo que hace y piensa, así como evaluar lo que ha obtenido.
b) Evitar el planteamiento de problemas matemáticos simples que conserven un mismo tipo de estructura y que demanden de manera reiterada y única un determinado tipo de respuesta
c) Plantear las situaciones problemáticas que el alumno ha de resolver en contextos y situaciones reales de acuerdo con su entorno, edad y experiencias previas de aprendizaje.
d) Crear un clima en el aula en el que se tolere la reflexión, la duda, la exploración y la discusión sobre las distintas maneras como puede aprenderse y pensarse sobre un tema

ALGUNAS ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS

a) Enseñar a resolver problemas tipo

Esta estrategia consiste en plantear a los alumnos algún problema que combina cierta información, de manera que su solución demanda el uso de algún procedimiento determinado o de una combinación de ellos.

Una vez que el problema se ha resuelto, preferiblemente en un trabajo conjunto entre el profesor y los alumnos y no como mera ejemplificación del profesor, se propone una serie de nuevos problemas que conservan la misma estructura que el problema inicial, de tal manera que sólo varían los datos y el contexto.
Con esta estrategia didáctica se contribuye al aprendizaje de modos de relación de información y de procedimientos, que pueden ser transferibles a nuevas situaciones.
Sin embargo, cuando se prioriza o se usa de manera exclusiva esta estrategia, cuando la ejercitación en los problemas tipo ocurre sin introducir prácticamente ninguna variación, el problema deja de ser tal, en tanto que deja de cumplirse la condición de que no sea posible contestar por aplicación directa de ningún resultado conocido con anterioridad.

b) Inducir la reformulación verbal del problema

Consiste en propiciar que los alumnos (con la asistencia del profesor en la medida que resulte estrictamente necesario) reelaboren el enunciado del problema, utilizando para ello las palabras de uso familiar que les permitan precisar con mayor claridad cuál es la situación planteada en el problema, sin modificar su estructura original.

El uso de esta estrategia didáctica se apoya en el supuesto de que la comprensión de la situación planteada en el problema es fundamental para proceder a cualquier intento de solución y de que sólo se puede verbalizar de manera adecuada aquello que se ha comprendido satisfactoriamente.
Esta estrategia propicia un primer nivel de análisis que facilita la comprensión del problema en cuestión; lo que posibilita salvar la dificultad para interpretar los términos que aparecen en el enunciado de un problema; permite descartar, en su caso, si una solución incorrecta tiene que ver con una inadecuada interpretación del lenguaje en el que está expresado el problema, o con otro tipo de razones y, en la medida en que los alumnos puedan realizar dicha reformulación sin ayuda del maestro, permitirá que el alumno desarrolle una estrategia de aprendizaje sumamente valiosa para emprender la resolución de problemas matemáticos.
Sin embargo, sin un seguimiento cuidadoso, la reelaboración del enunciado puede alterar la estructura original del problema y, por consiguiente, llevar a una solución errónea del mismo. Por otra parte, si la reelaboración trae consigo una constante eliminación del lenguaje técnico o de palabras que obligarían al estudiante a ampliar no sólo su vocabulario, sino también la construcción de significados, esta estrategia puede resultar limitante para el logro de otro tipo de objetivos de aprendizaje que también se propician a través de la resolución de problemas.

c) Facilitar por medio de preguntas el análisis del enunciado del problema

En esta estrategia didáctica, el docente asume el papel de constructor de preguntas que faciliten a los alumnos identificar la información contenida de manera explícita o implícita en el enunciado del problema, descartar la que no sea relevante, descubrir si está presente toda la información necesaria para resolverlo y percibir las relaciones que pueden establecerse a partir de la información detectada, todo esto antes de idear un plan de resolución del problema.

Las preguntas pueden incluso generar que se recuperen de la memoria algunos conceptos y conocimientos declarativos, involucrados en el planteamiento del problema, aumentando con ello la probabilidad de que el estudiante elija atinadamente aquellos procedimientos que resulten pertinentes para alcanzar la solución del problema.
Esta estrategia puede ser útil para apoyar a los alumnos en el descubrimiento de qué tipo de elementos conviene analizar antes de elegir los procedimientos para la resolución de problemas y para impedir que de manera inmediata, después de una lectura superficial del problema, se lancen a la decisión de cuál o cuáles procedimientos de solución utilizar.
Como contrapartida, hay que hacer notar el riesgo de que origine en ellos cierta dependencia intelectual que finalmente les genere resistencia a un trabajo individual si no cuentan con la asistencia del docente cuando se les proponga resolver problemas matemáticos.
d) Facilitar la explicitación de los razonamientos presentes durante el proceso de solución del problema

Esta estrategia didáctica consiste en propiciar una especie de pensamiento en voz alta, ya sea durante la acción o después de ésta, que contribuya a que el alumno sea plenamente consciente de las razones por las que va tomando ciertas decisiones y concretándolas en la realización de algún procedimiento con la intención de resolver el problema.

La explicitación de los razonamientos presentes durante el proceso de solución del problema, se facilita mediante preguntas del tipo ¿cómo se te ocurrió esta forma de solución?, ¿qué pensaste cuando decidiste realizar tal operación?, ¿por qué decidiste este procedimiento y no otro?, ¿qué te ayudó a pensar de esa manera?, ¿qué pasaría si usaras tal procedimiento en lugar del que utilizaste?; o bien mediante solicitudes expresas como: explica a tus compañeros qué fuiste pensando mientras resolvías el problema o, si tú fueras el maestro ¿cómo le explicarías a tu grupo por qué este problema puede resolverse como tú lo hiciste?
El uso de esta estrategia didáctica tiene como propósito propiciar que el alumno llegue a desarrollar el pensamiento reflexivo, la capacidad de argumentar la toma de decisiones, controlar el sentido de sus acciones y el desarrollo de habilidades metacognitivas.
Sin embargo, en su utilización habrá que cuidar que todos los alumnos tengan o lleguen a tener una participación en esta reflexión compartida, pues sólo de esa manera se podrá evitar el riesgo de que algunos estudiantes únicamente se acojan a las respuestas de los que usualmente solicitan participar.

UNA REFLEXIÓN FINAL

Resulta fundamental tener en cuenta las siguientes consideraciones:

a) • Cada una de las estrategias didácticas tiene su función en un momento dado, unas en el primer análisis del problema, otras en el proceso de solución o en el de evaluación de la respuesta; no se trata de que se conviertan en un apoyo permanente. Es fundamental que el docente intuya cuándo es conveniente que deje de usarlas con el mismo alumno o grupo de alumnos.

b) • El objetivo de mayor alcance al usar las estrategias didácticas mencionadas es que el alumno llegue a interiorizarlas como propias, convirtiéndolas en estrategias de aprendizaje que le posibiliten la resolución de problemas matemáticos.

c) • El uso de estas estrategias didácticas demanda del docente planificación cuidadosa, tiempo, esfuerzo y creatividad, trabajo con todo el grupo y acercamiento con los estudiantes uno a uno; pero los avances que percibirá, sin duda le llevarán a la certeza de que vale la pena ese esfuerzo.

Para saber más:
La enseñanza de la resolución de problemas matemáticos. El blanco y el negro de algunas estrategias didácticas. María Guadalupe Moreno Bayardo
http://educacion.jalisco.gob.mx/consulta/educar/15/15Moreno.html

Resolución de problemas
http://platea.pntic.mec.es/~jescuder/prob_int.htm

sábado, 15 de mayo de 2010

Sistema de numeración



Un sistema de numeración es aquel formado por símbolos y reglas que permiten combinar esos símbolos. A lo largo de la historia, el hombre, ha empleado distintos sistemas de numeración, por ejemplo el Romano, el Egipcio, el Babilonio. etc.
El sistema de numeración que empleamos es el DECIMAL, pues está formado por 10 símbolos. (0; 1; 2; 3; 4; 5; 6; 7; 8; 9) y las reglas que los vinculan: cada unidad está formada por diez unidades del orden inferior, es decir 1 decena está formada por 10 unidades simples; 1 centena por 10 decenas; 1 unidad de mil por 10 centenas; etc.
La característica principal del Sistema de Numeración Decimal, es la de ser posicional, es decir cada cifra ocupa una lugar determinado.
Ejemplo: en el número 4.876, el 6 ocupa el lugar de las unidades simples, el 7 el de las decenas, el 8 el de las centenas y el 4 el de las unidades de mil. Si cambiamos el orden de las cifras cambia el valor del número. Así 6.487 será distinto que 4.876.
Esto no sucede de la misma forma en un sistema no posicional, por ejemplo el romano, el número XV representa al 15 y si permutamos los símbolos VX, no obtenemos ningún nuevo número. Estos sistemas son denominados ADITIVOS. El romano, CCCXXIV y el decimal, 324.
Podemos observar que, un sistema del tipo aditivo es sencillo de interpretar, sólo se necesitan sumar los valores de los símbolos utilizados. Pero requieren de gran cantidad de símbolos para representar números mayores.
El posicional, es más económico, con sólo diez símbolos podemos continuar la serie numérica indefinidamente, pero, es menos trasparente. El número 324 , está formado por 300+ 20+ 4.
¿Cuáles son los conocimientos previos que poseen los niños?
Sabemos que los niños tienen ideas previas, adquiridas por el intercambio con el medio natural y social.
Podemos enseñar a partir de ellas. No siempre hacemos uso de esas ideas.
Si queremos trabajar con los niños, por ejemplo, numeración, indagamos sobre los conocimientos que poseen y luego nos dedicamos a “enseñar” los cinco primeros números. ¿Para qué indagamos las ideas previas que poseen?. Si deseamos comenzar a trabajar el espacio geométrico y después de ver a los niños jugando con bloques, comenzamos mostrando figuras planas, ¿qué sentido tiene el haber observado el juego?. ¿O tal vez no se lo ha hecho?.
Es cierto que la enseñanza inicial de la matemática básica no ha sabido capitalizar demasiado a menudo la riqueza del conocimiento informal y esto ha hecho que se la enseñe desconectada de la realidad y en forma mecanicista y repetitiva.
Leamos una experiencia realizada con niños de 4 años Después de jugar, con la computadora, a uno de esos juegos que otorgan puntos por realizar correctamente determinadas tareas.
Se le pregunto a Andrés, ¿quién ganó.
Andrés: Luis, hizo más puntos.
Maestra:-¿Cómo lo sabes?..
Andrés:- Porqué el número de él era más largo.
En ese “más largo” estaba implícito, que era el número que tenía más cifras.
Debemos, entonces, ¿enseñar números de tres, cuatro o más cifras?. No, pero la respuesta nos da indicios de ir reconociendo ciertas características de los números.
Secuenciar la enseñanza
Debemos tener en cuenta.
Primero: buscar un situación problemática que necesite del contenido a tratar.
Por ejemplo:, veamos una actividad para nivel inicial Colocar 3 muñecos sobre una mesa alejada del armario y, luego de preguntarles ¿cuántos hay?. Pedir que vaya al armario y busquen tantos gorros como muñecos hay.
Podrán resolver la situación de distintas formas. Traer de uno en uno. Recordar la cantidad y traer todos juntos, etc..
Segundo: tener en cuenta los números que intervienen. Si el problema es resuelto. La próxima vez colocaremos 9 muñecos, aumentar la cantidad implica hacerla más compleja.
Si los niños traen de a uno los gorros y no memorizan la cantidad, poner la condición de hacerlo con el menor número de viajes.
Esto permite graduar las actividades e ir apropiándose de nuevas estrategias para solucionar los distintos problemas.
Tercero: llevar un registro de las distintas actividades y las respuestas de los niños, será de importancia para saber en que momento es necesario cambiar la dificultad de las actividades.
¿Qué hacen los niños al respecto, cómo se apropian del sistema de numeración?
En primer lugar reconocen que un número es mayor que otro porque tiene más cifras. Ejemplo: 456 es mayor que 34 pues el primero tiene 3 cifras y el segundo 2.
Poco a poco reconocen que si los números tienen igual cantidad de cifras es mayor el que comienza con la cifra mayor. Ejemplo: 45 y 28 ; 45 es mayor que 28 , pues 4 es mayor que 2.
Sus producciones escritas responden a lo que ¨escuchan¨, así 238 (doscientos treinta y ocho) será escrito: 200308
A pesar de su corta edad los niños son capaces de establecer relaciones, reflexionar sobre posibles respuestas a situaciones. Observar regularidades, propias de los contenidos matemáticos, que le permitirán generalizar conceptos.
No se debe caer en el error de suponer que los niños "conocen" el sistema de numeración, que reconocen cantidad al hablar de 29 o 12 , o que conocen los números porque los recitan correctamente
Pero, también, será un error no indagar sus conocimientos, no permitirles explorar en las creencias y no ponerlos en situaciones que exijan buscar soluciones.
Conociendo los números
Cardinalidad y ordinalidad: dos aspectos ligados al número.
Cardinalidad, hace referencia a la cantidad de elementos de un conjunto o colección.
Ordinalidad, hace referencia al lugar que ocupa el número dentro de una serie ordenada.
Contextos.
Recordemos que la Matemática es una ciencia en sí totalmente abstracta, de allí que sea necesario, para su estudio y sobre todo desde una edad temprana, que esté contextuada.
Contexto cardinal: es aquel en el que el número natural describe la cantidad de elementos de un conjunto de objetos discretos (aislados). Ejemplo: ¿Cuántos lápices hay sobre la mesa?.
Contexto ordinal, es aquel que describe la posición relativa de un elemento de un conjunto discreto y totalmente ordenado en el que se ha tomado uno de los elementos como inicial. Ejemplo: Señala el tercer libro de los que están ubicados en el estante.
Contextos de secuencias: los números se emplean sin estar asociados a un objeto u objetos en particular.
Ejemplo: ¨ Decir ¨ los números, al jugar a las Escondidas.
Contexto de código: Los números se usan como "etiquetas" que dan información. Se usan para distinguir clases de elementos. Ejemplo: los números que identifican a una línea de colectivos, a un número de teléfono, etc. Contexto de medida: Los números describen la cantidad de unidades de alguna magnitud continua, como longitud, capacidad, superficie, tiempo, etc. Ejemplo: 2 litros, 10 horas.
¿Cómo construyen la serie numérica los niños?
Baroody, indica que la determinación para saber si un conjunto, que tiene 8 elementos, es más que uno que tiene 7 elementos, implica una comparación entre magnitudes numéricas que requieren de cuatro técnicas.
1.La técnica más básica es generar sistemáticamente los nombres de los números.
2.Las palabras (etiquetas) de la secuencia numérica deben aplicarse una por una a cada objeto de un conjunto. Esta acción se denomina enumeración.
3.Se necesita una manera conveniente de representar los elementos que contiene cada conjunto.
La última etiqueta numérica expresada durante el proceso de enumeración representa el número total de elementos en el conjunto.
La secuencia oral
En un primer momento, aproximadamente a partir de los 2 años, los niños comienzan a ¨ contar ¨ o más bien realizan un recitado de números sin sentido. Éste puede ser del tipo 1,2,3,5, 8,10 ,20; en general aprendido de memoria.
En un segundo momento los niños, son capaces de recitar en forma ordenada y completa la serie numérica.
Ejemplo de actividades que el docente puede poner en práctica.
Salas de 4 y 5 años.
1.Decir los números a partir de un número dado.
2.Pedir a algún niño que diga un número, y a partir de ese continuar el recitado. . 3.Detenerse ante un número dado.
Esto hará, que el niño tenga que memorizar el número ante el cual debe detenerse y luego recomenzar la serie.
4. Recitar los números en ambos sentidos.
Jugar una carrera, cuando los niños están listos en la línea de partida, contar 3, 2, 1 y parten.
5. Detectar errores u omisiones en el recitado de otro compañero y de la docente. . Por ejemplo: ante el recitado 1,2,3,5. La docente preguntará, ¿qué número falta, cuál es el anterior a ese y el que le sigue?.
Funciones de los números que los alumnos de nivel inicial pueden reconocer
El número como memoria de la cantidad.
Poder recordar una cantidad determinada sin que ésta esté presente.
Ejemplo de actividades:
Los niños están sentados en grupos de 5 (cinco) niños. Un compañero deberá repartir las hojas de trabajo. Podrá hacerlo llevando las hojas una a una. (Método propio de los niños más pequeños, para asegurarse de dar una a cada niño). Le pedimos que lo haga empleando el menor número de viajes. (Podrá llevar un montón). Se le pedirá que no tenga la necesidad de volver a guardar las que sobraron. De esta forma comprenderá la ventaja de recordar la cantidad.
Registro de la información
Registrar la información de alguna forma para no olvidarla o poder comunicarla a otro.
Ejemplo de actividades:
Permitir a los niños buscar la forma de registrar la información de los puntos obtenidos en algún juego. Conversar con ellos sobre distintas formas de hacerlo. Será importante que los niños observen que hay una forma de registrar la información.
Para representar al número cinco, podemos colocar cinco palitos, cinco redondeles o bien el numeral 5. Registrar la información de las distintas posiciones obtenidas en algún juego. Empleando tablas.
El número como memoria de la posición.
Los niños deberán comprender la utilidad de recordar una posición y no la lista completa. Ejemplo de actividades: ¿Quien llegó primero a la meta?. (En algún juego.) Colocar los útiles en la tercera caja, etc.
Enfoques en la enseñanza del número.
1) Se puede considerar al niño como sin conocimientos sobre el número. Esto hace que se comience a enseñar por el número 1, luego el 2, el 3 y así continuar.
De ser así, se estaría negando que un niño pueda conocer su edad, saber que tienen 2 hermanos o que, frente al ofrecimiento de caramelos, no sepa si escoger 1 o 3. No saber que si tiene 4 fichas y agrega 2 tiene 6 y muchos otros conocimientos que los alumnos de 4, 5 6 años si poseen.
2) El enfoque de la Matemática Moderna y el aplicacionismo de las teorías piagetianas hizo que los docentes indicaran que los alumnos debían, clasificar, seriar y establecer correspondencias término a término, como base a la adquisición del número.
3) La didáctica de la matemática, de la escuela francesa, recoge las ideas piagetianas según la cual los conocimientos no se producen solo por la experiencia que los sujetos tengan sobre los objetos, ni tampoco por una programación innata preexistente en él , sino por construcciones sucesivas que se dan en interacción con el medio. Pero esto es insuficiente sino se tiene en cuenta las condiciones en las cuales los alumnos movilizan los saberes bajo la forma de herramientas que permitan la construcción de nuevos conocimientos.
Lo que se pretende al hacer Matemática es que el alumno sea el constructor, se sienta partícipe de su aprendizaje. El docente debe evitar dar indicios en la resolución de las actividades propuestas, pues, puede suceder que respuestas correctas de los alumnos provengan de casualidades, adivinaciones y no de haber puesto en juego sus conocimientos. Esto traeré en el futuro decepciones, al fracasar en planteos que evidencias la ausencia del saber que se pensó estaba adquirido. .

“el alumno debe ser capaz no solo de repetir o rehacer, sino también de resignificar en situaciones nuevas, de adaptar, de transferir sus conocimientos para resolver nuevos problemas.” (Charnay 1994)
Para ampliar estos conceptos se sugiere la lectura del Capítulo 5 El sistema de numeración: un problema didáctico: Lerner, D y Sadowsky, P. En el libro Didáctica de matemáticas. Aportes y reflexiones- Parra, C- Saiz, I. (Compiladoras) -. Paidos - 19953 .

domingo, 25 de abril de 2010

APRENDIZAJE DE LAS MATEMÁTICAS: CONCEPTOS, PROCEDIMIENTOS, LECCIONES Y RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS






RESUMEN
Se hace un estudio analítico sobre los objetivos fundamentales que debe tener una lección de matemáticas; para ello se hace una distinción entre conocimientos conceptual y procedimental, y su asociación con diferentes visiones sobre las matemáticas. Se afirma la necesidad de potenciar las formas de razonamiento y pensamiento matemático, abstracto, con base en andamios pedagógicos y culturales apropiados. Se puntualiza elementos pedagógicos en esa dirección y se enfatiza la relevancia de una estrategia basada en la resolución de problemas, y se reseñan aspectos de la experiencia japonesa sobre esta temática.
Conceptos claves:
Educación matemática, matemáticas, pedagogía, resolución de problemas.
INTRODUCCIÓN
Uno de los temas claves de la Educación Matemática es cómo debe ser el desarrollo de la lección para generar aprendizaje efectivo (podría usarse el término "significativo", como en AUSUBEL (1968), pero dentro de una perspectiva más amplia) por parte de los estudiantes en torno al conocimiento matemático, tanto en sus contenidos como en el uso de sus métodos. De igual forma, se plantea como objetivo el fortalecimiento de destrezas en el razonamiento abstracto, lógico y matemático, cuyas aplicaciones no sólo se dan en las ciencias y tecnologías sino en toda la vida del individuo. De alguna manera, es éste el verdadero laboratorio y taller en el cual se condensa todo: aquí adquiere sentido toda la formación recibida por parte de los profesores así como las condiciones curriculares, pedagógicas, matemáticas e incluso de infraestructura que intervienen en el proceso de enseñanza aprendizaje; se invocan muchos vectores.
Vamos a concentrarnos aquí, sin embargo, en algunos aspectos propiamente pedagógicos en el desarrollo de la lección. Las preguntas emergen: ¿qué debe aprenderse en una lección de matemáticas? ¿Cuál debe ser la orientación más conveniente para lograr éxito en el aprendizaje efectivo de las matemáticas por medio de la lección? En relación con lo primero, una lección de matemáticas debe proporcionar aprendizaje en el lenguaje y la cultura matemáticos, los algoritmos y procedimientos específicos de las matemáticas, destrezas de cómputo y medición pertinentes, pero también formas de razonamiento y destrezas en la construcción de modelos de naturaleza matemática, y entrenamiento y habilidades para la formulación y resolución de problemas. Todos estos objetivos deben ser realizados. ¿Qué se debe privilegiar estratégicamente? El dilema, para empezar, se puede poner en términos de cuáles dimensiones de las matemáticas deben poseer un énfasis en los procesos de enseñanza: ¿los aspectos conceptuales o aquellos de procedimiento?
CONCEPTOS, PROCEDIMIENTOS, NATURALEZA DE LAS MATEMÁTICAS
Para buscar una respuesta, en primer lugar, vamos a precisar los términos que usaremos. El conocimiento conceptual es aquel que se conecta fácilmente a otro conocimiento. Mientras tanto, el conocimiento de procedimientos, procedimental, refiere a los símbolos y las reglas que se memorizan sin relación con el entendimiento de esos símbolos y reglas. Estas dimensiones participan en la definición de los alcances de una clase. Puede llamarse este último también conocimiento algorítmico. Como bien consignan Monereo et al : ". Llamamos a un procedimiento algorítmico cuando la sucesión de acciones que hay que realizar se halla completamente prefijada y su correcta ejecución lleva a una solución segura del problema o de la tarea (por ejemplo, realizar una raíz cuadrada o coser un botón). En cambio, cuando estas acciones comportan un cierto grado de variabilidad y su ejecución no garantiza la consecución de un resultado óptimo (por ejemplo, planificar una entrevista o reducir el espacio de
un problema complejo a la identificación de sus principales elementos más fácilmente manipulables) hablamos de procedimientos heurísticos". (Monereo et al 1998)
Procedimientos heurísticos están íntimamente asociados a conocimiento conceptual.
En las visiones más tradicionales en la Educación Matemática se afirma que lo esencial es el dominio de los aspectos de cómputo antes de abordar los contenidos conceptuales. En esta visión se demanda un rendimiento rápido en el arte del cómputo, y el manejo de técnicas. Se afirma que en algún momento -siempre posterior- se tratará con los aspectos conceptuales. Sin embargo, la mayor parte de las veces sucede que el espacio destinado a los procedimientos es demasiado grande y la conexión con los conceptos, con la comprensión, se ve profundamente debilitada. De hecho, la mayoría de las lecciones que se desarrolla en Costa Rica en los niveles de primaria, secundaria y universidad enfatizan procedimientos. Las evaluaciones se suelen orientar hacia esos algoritmos y reglas. En las universidades, para ofrecer un ejemplo en este nivel educativo que podría tener incluso mayor preocupación por los aspectos conceptuales, los primeros cursos de cálculo diferencial no enfatizan el significado o aplicaciones de conceptos como los de la derivada o la integral, sino la colección enorme de reglas de derivación o métodos de integración. Los exámenes no son proyectos o construcción de modelos, sino repetición más o menos mecánica de técnicas.
Las visiones educativas más modernas, sin embargo, subrayan el carácter conceptual de las matemáticas y la importancia de relacionar los conceptos con los que el estudiante ya posee; en particular, lo que se llama el conocimiento informal que previamente los estudiantes poseen, y su bagaje cultural. Y se apunta a la utilización de situaciones matemáticas no rutinarias que exijan una elaboración no mecánica. Una orientación en esta dirección empuja hacia la heurística, aplicaciones, modelos, que conecten con los entornos sociales y físicos, recursos a la historia que permitan evidenciar el estatus cognoscitivo de los conceptos empleados, Por supuesto, adelantando nuestra opinión, en las matemáticas coexisten ambos tipos de conocimiento, el punto es desarrollar una estrategia eficaz que favorezca el aprendizaje; sin duda, los profesores deben buscar que los estudiantes establezcan las conexiones entre el conocimiento conceptual y el procedimental.
Toda esta discusión está en correspondencia directa con la percepción que se tenga sobre las matemáticas. Si se afirma que es, por ejemplo, un lenguaje desprovisto de contacto con el mundo empírico, como en el Neopositivismo, las implicaciones son de un tipo (Ayer 1936). Si el punto de vista es logicista (como en Frege o Russell) se enfatiza la deducción, al margen de conceptos contextualizados o relaciones con el entorno (Ruiz 1990). Si lo que se subraya son sus dimensiones formales y estructurales, su consistencia por ejemplo (HILBERT), se plantea otra orientación (Ruiz 1990). Y otra visión pedagógica emerge si se piensa en las matemáticas como reflejos inductivos empíricos (MILL). Se puede pensar en las matemáticas como ciencia de patrones abstractos (Resnik 1975 y 1982). El asunto puede ser más explícito en cuanto a los procedimientos; como bien reporta Vilanova et al :
"Thompson (1992) señala que existe una visión de la matemática como una disciplina caracterizada por resultados precisos y procedimientos infalibles cuyos elementos básicos son las operaciones aritméticas, los procedimientos algebraicos y los términos geométricos y teoremas; saber matemática es equivalente a ser hábil en desarrollar procedimientos e identificar los conceptos básicos de la disciplina. La concepción de enseñanza de la matemática que se desprende de esta visión conduce a una educación que pone el énfasis en la manipulación de símbolos cuyo significado raramente es comprendido." (Vilanova et al , 2001)
Otra visión de las matemáticas, cercana al constructivismo filosófico y al cuasiempirismo (a lo Imre Lakatos o recientemente Philip Kitcher o Paul Ernest; Ruiz 2003):
"Una visión alternativa acerca del significado y la naturaleza de la matemática consiste en considerarla como una construcción social que incluye conjeturas, pruebas y refutaciones, cuyos resultados deben ser juzgados en relación al ambiente social y cultural. La idea que subyace a esta visión es que "saber matemática" es "hacer
matemática". Lo que caracteriza a la matemática es precisamente su hacer, sus procesos creativos y generativos. La idea de la enseñanza de la matemática que surge de esta concepción es que los estudiantes deben comprometerse en actividades con sentido, originadas a partir de situaciones problemáticas. Estas situaciones requieren de un pensamiento creativo, que permita conjeturar y aplicar información, descubrir, inventar y comunicar ideas, así como probar esas ideas a través de la reflexión crítica y la argumentación. Esta visión de la Educación Matemática está en agudo contraste con la anterior." (Vilanova et al 2001)
¿Qué son, entonces, las matemáticas? Las matemáticas deben verse, ya en nuestra opinión, como una ciencia natural aunque con características específicas (que incluso empujan hacia una reinterpretación de lo que son las ciencias). Las implicaciones de esto son varias: como ciencia natural, empuja una relación íntima entre las matemáticas y el mundo material y social. En términos epistemológicos: una relación mutuamente condicionante entre el objeto y el sujeto, una interacción de influjos recíprocos y cambiantes. También, se plantea una relación entre las matemáticas y las otras ciencias: una íntima vinculación teórica e histórica del conocimiento científico, lo que las hace un instrumento imprescindible para el progreso de éstas. Nuestra perspectiva de fondo:
". las matemáticas obtienen sus nociones elementales del mundo físico que siempre interviene y las operaciones o acciones que el sujeto realiza a partir de aquellas también corresponden al mundo. Las abstracciones originales, las abstracciones " reflexivas" (que son las que señala Piaget), y todos los diferentes tipos de abstracciones (siempre más o menos subjetivas) están vinculados a la realidad. En la gestación, desarrollo y utilización de los métodos de las matemáticas el sujeto nunca deja de recibir la influencia directa del objeto. Nuestra propia naturaleza posee características generales biológicas o físicas que corresponden al resto del universo. . Los resultados matemáticos no son simples generalizaciones inductivas ni tampoco son réplicas mentales impresas por el objeto en un sujeto pasivo; varios factores siempre interactúan. La aplicabilidad o la armonía de las matemáticas con el mundo no se pueden explicar con énfasis unilaterales colocados ya sea en el papel del sujeto o en el del objeto. Para nosotros: en algún lugar de la relación entre ambos es que se encuentra la mejor explicación." (Ruiz 2000)
Podemos añadir que las matemáticas refieren al análisis de situaciones reales y a los procesos para representarlas en una forma simbólica abstracta adecuada (Davis y Hersh 1981).
Si adoptamos estos últimos puntos de vista, la conclusión es tajante: el propósito de la Educación Matemática no puede ser planteado prominentemente como la memorización de hechos y el desarrollo de cálculos y sus destrezas asociadas. Es decir, una formación basada en los aspectos de procedimiento, la repetición y memorización de éstos, debilita las posibilidades para crear habilidades en el razonamiento matemático y corresponder apropiadamente con la naturaleza de ésta como disciplina cognoscitiva. El asunto es más grave aun: una Educación Matemática basada en procedimientos y manipulación de símbolos (a veces sin sentido), con poca relación con los conceptos, formas de razonamiento y aplicaciones, es un poderoso obstáculo para que los estudiantes puedan comprender el valor y la utilidad de las matemáticas en su vida.
Es posible estar de acuerdo con una aproximación que enfatiza los aspectos conceptuales en la formación matemática, sin embargo una cosa es declararlo y otra cosa es realizarlo. En la mayoría de ocasiones las lecciones se desarrollan dando dominantemente un gran espacio a la solución mecánica de ejercicios rutinarios, con poca presencia de problemas o proyectos que involucren varias formas de razonamiento o diferentes disciplinas matemáticas. Los sistemas de evaluación, por ejemplo, tienden a favorecer los procesos memorísticos y la presencia mayoritaria de los llamados problemas de un solo paso. Son comunes en varios países, en particular en pruebas masivas, los exámenes estandarizados de selección única que, en general, no poseen ejercicios de varios pasos mentales. No es, por supuesto, que la metodología de la selección única en exámenes, normalmente a corregir por lectora óptica, no pueda poseer ejercicios de una mayor complejidad. Lo que sucede es que el sistema fomenta evaluaciones con ejercicios de un solo paso, cargados de repetición, aplicación rutinaria y mecánica. Para dar un ejemplo: las pruebas del Bachillerato en Costa Rica. Esto, por supuesto, a la larga condiciona los procesos educativos de una manera más global. La formación se restringe a contenidos y mecanismos que serán evaluados con este tipo de estrategias de evaluación, con debilidades profundas en la profundidad y utilidad de las matemáticas. Otro ejemplo: en la clase se suelen evadir los problemas complejos porque éstos requieren un tratamiento más amplio, que consume normalmente más tiempo de la lección. Y la estructura de las jornadas educativas y los currículos, y la misma presión de pruebas nacionales, parecieran no permitir adoptar otro tipo de estrategia. Varios factores en los currículo dominantes de diferentes maneras apuntalan una enseñanza conductista cargada de metodologías y didácticas preprogramadas. Todo esto, presente en la formación matemática de muchos países, constituye uno de los problemas más graves para que un sistema educativo pueda responder a los retos de un planeta sometido a una extraordinaria tensión y en donde el conocimiento se ha vuelto la piedra de toque (Ruiz 2001).
Una vez que se ha establecido el valor estratégico de los razonamientos matemáticos abstractos, y el significado de los conceptos, el debate recae naturalmente sobre cuál debería ser la mejor orientación pedagógica para lograr el aprendizaje de las matemáticas y su mejor utilización dentro de un sistema educativo.
En lo que sigue, entonces, vamos a puntualizar algunos elementos metodológicos para fortalecer una orientación en ese sentido. Empezamos por lo más general.
LA LECCIÓN DE MATEMÁTICAS
El desarrollo de la lección exige una evaluación cuidadosa de sus objetivos: el más apropiado para una lección de matemáticas debe ser siempre apuntar hacia las formas de razonamiento más general, propiamente matemáticas. Cuando el objetivo se reduce a enseñar la solución de un problema específico o un procedimiento particular solamente, el resultado en la formación matemática es muy débil. Puesto de otra forma: se trata de encontrar en los aspectos específicos particulares la estructura cognoscitiva y la dimensiones abstractas involucradas; es decir, establecer un puente entre lo particular y lo abstracto, no quedarse en lo particular, y tampoco, por supuesto, en solamente lo abstracto. Esto es muy importante. Nunca se puede perder de vista que las matemáticas son ciencias de lo abstracto; puesto de otra manera: la disciplina de las matemáticas trabaja los aspectos más generales de la realidad. El objeto de la física o la biología es otro. La intervención de los sentidos es mayor en estos últimos. Las operaciones mentales involucradas también son otras. Las matemáticas, aunque referidas a un mundo material y social, se han construido de manera cíclica y permanente como construcciones cognoscitivas cada vez más alejadas del mundo sensorial. No obstante, sus formas de razonamiento y de creación intelectual se mantienen íntimamente asociadas a otras partes del conocimiento humano.
Para la Educación Matemática no se trata de circunscribir los contenidos y objetivos educativos a realizar en un marco de las matemáticas consideradas como un cuerpo abstracto, sino de conducir a los estudiantes al dominio de conceptos, métodos y destrezas matemáticas a través de procesos pedagógicos y didácticos específicos. La Educación Matemática no es matemática pero tampoco es educación en general. El objetivo de la clase, entonces, busca fortalecer el razonamiento abstracto partiendo de la experiencia y el contexto del alumno, el conocimiento aprendido previamente. Esto significa el uso de escaleras y andamios apropiados. Este es el gran territorio de las didácticas específicas de las matemáticas. La historia de las matemáticas, las aplicaciones de las matemáticas y sus contextualizaciones, las motivaciones, la escogencia de las situaciones educativas, los instrumentos usados como textos o materiales audiovisuales, las tecnologías, etc., son relevantes en este contexto. La historia de las matemáticas puede ser usada de múltiples maneras, aunque su uso depende de la filosofía que se asuma (Ruiz 2003). No sólo como interesantes anécdotas o la presentación de contextos para entender las construcciones matemáticas, sino como
un recurso para determinar incluso la lógica de un currículo, por ejemplo el orden de presentación de algunos contenidos, o para realizar un vínculo con otras disciplinas cognoscitivas o la cultura en general. La historia puede ser usada para propiciar no sólo la confrontación con problemas de las matemáticas a partir de las condiciones históricas específicas que permiten valorar el significado de los resultados, sino también para la realización de los objetivos en la comunicación y verbalización de conceptos y procedimientos matemáticos. Los modelos matemáticos que permiten establecer su relación con el entorno social o físico también permiten valorar el significado y la utilidad de las matemáticas. Las tecnologías diversas pueden participar en este proceso no sólo para simplificar cálculos rutinarios y simples, ofrecer más tiempo para otras formas de razonamiento, sino también para, en algunos casos, "visualizar" matemáticas, aumentar procesos de interacción y actividad, o potenciar las posibilidades para el enfrentamiento con problemas matemáticos interesantes. Las nuevas tecnologías, especialmente aquellas de la comunicación, permitirían también abordar la interacción educativa a partir de la participación de más personas, incluso de diferentes latitudes (lo que enriquecería el proceso de enseñanza y aprendizaje). Aquí encuentra un sentido relevante el uso de las disciplinas dedicadas al análisis de datos como la estadística y la probabilidad, que permiten la construcción de modelos sencillos de usar en las matemáticas preuniversitarias.
Para favorecer el éxito en este trabajo de construcción de puentes hacia el dominio de pensamiento matemático, se vuelve importante que los conceptos y métodos de las matemáticas sean presentados más como desarrollos que como reglas . En la experiencia educativa existe la tendencia a buscar informar y ofrecer el conocimiento dado muy rápidamente al estudiante. Esto es así sobre todo en la educación preuniversitaria. La humanidad posee gigantescos edificios conceptuales en cada ciencia, en particular en las matemáticas, que pueden transmitirse. Sin embargo, más que un proceso de transmisión de información o de resultados cognoscitivos en la educación se trata de la formación en destrezas, razonamientos y capacidades. Aquí la ausencia de un redescubrimiento o reconstrucción impide la generación de esas capacidades. Cuando se insiste en los resultados y éstos se dan al margen de sus etapas constructivas lo que se potencia es la regla y el procedimiento al margen de su dominio conceptual. Esto es importante: la consecuencia implacable es una regla que conduce a la repetición mecánica. De igual forma, se potencia la memorización. Con ello, de nuevo, se debilita la oportunidad para generar razonamiento matemático y pensamiento abstracto. Aquí hay un llamado a usar algunas orientaciones constructivistas pertinentes.
Durante muchos años han dominado estrategias que se concentran en soluciones exclusivas o únicas en los problemas matemáticos de la educación preuniversitaria. Hasta el adjetivo de "exactas" ha podido usarse para deformar la naturaleza de las matemáticas y afirmar caminos unilaterales y exclusivos de las mismas. Con propósitos formativos, aunque expresión de la auténtica construcción matemática, es importante insistir en la existencia de múltiples estrategias de solución para los problemas; de otra forma no se estimula la creatividad y el razonamiento independiente. Las matemáticas se vuelven aburridas, llenas de reglas sin sentido, repetitivas, que afirman verdades que se consideran únicas e infalibles, conocimientos "exactos" sin interés. Puesto en otros términos: en la educación se trata de potenciar la búsqueda de soluciones alternativas y razonamientos diferentes a la hora de enfrentar una situación matemática. Falibilidad y diversidad se invocan en la formación matemática. Y asumirlas genera cambios importantes en la educación. (ERNEST 1991)
En el conductismo la estrategia pedagógica afirma sucesiones de pasos programados de lo simple a lo complejo. En una ambiciosa estrategia moderna es conveniente darle un lugar a la complejidad. Enfrentar situaciones complejas permite buscar diferentes opciones, algunas de las cuales estarán condenadas al error o el fracaso, y poner a prueba la evaluación global de la situación presentada, buscar diferentes alternativas, etc. Hay sustento epistemológico en esto. El estudiante construye un concepto "nuevo" por medio de un proceso complejo que parte de un conflicto "cognoscitivo" entre las concepciones que posee originalmente el alumno y el que va a resultar de la
experiencia cognoscitiva. El aprendizaje debe verse de lo complejo a lo simple. Con Bouvier: es "la complejidad lo que confiere significado". Si las situaciones son demasiado simples" se convierten en obstáculos al provocar acciones automáticas y poco creativas: "Debemos entrenar a nuestros alumnos en la resolución de problemas y en el análisis crítico de situaciones complejas que no se presten fácilmente a tratamientos automáticos". De igual manera, esto convoca la posibilidad del error, que debe ser usado como instrumento formidable para familiarizarse con los límites y las posibilidades de las matemáticas. La complejidad permite entender con mayor propiedad lo que es la construcción matemática. Constituye también una oportunidad para, de nuevo, debilitar la idea equivocada de las matemáticas como disciplina infalible llena de certeza absoluta. Por esta misma razón, lo conveniente no es concentrar las lecciones en los ejercicios y problemas más sencillos, rutinarios. Más bien, de lo que se trata es de lograr un equilibrio entre distintos niveles de complejidad de los ejercicios, pero con el propósito persistente de fortalecer y trabajar con aquellos problemas y ejercicios que se escapan de lo rutinario. Cuando se enfatiza el cálculo sencillo o la aplicación inmediata de una fórmula se pierden importantes posibilidades para fortalecer el razonamiento y las destrezas matemáticas. En casi cualquier contenido es posible introducir ejercicios no rutinarios y aproximaciones que potencien la creatividad y la originalidad por parte de los estudiantes. Esto no es difícil. A veces, el solo hecho de crear una situación matemática en la cual haya que decidir alguna de las fórmulas a usar puede permitir un mejor desarrollo que simplemente concentrarse en la aplicación mecánica y repetitiva de la fórmula. Se trata de adoptar una orientación y asumir una preparación cuidadosa de la lección para efectuarla.
Hay otros asuntos que pueden considerarse relevantes para el desarrollo de una lección con el propósito de un aprendizaje efectivo. Por ejemplo, es importante tener objetivos precisos y concentrar bien la atención en los temas a tratar. Una dispersión en los temas de una lección conduce a una menor comprensión de los mismos. De igual manera, ya sea que se trate de una prueba formal o de un razonamiento informal, debe hacerse explícito el razonamiento matemático involucrado. Es decir, una vez que se han hecho los trabajos exploratorios y los estudiantes se han involucrado en el dominio de los conceptos y los procedimientos, es altamente conveniente que se extraiga de manera explícita el tipo de pensamiento y la estructura intelectual involucradas en la lección. Lo conveniente es que el estudiante lo obtenga por sí mismo como un proceso natural de abstracción y generalización, pero no puede dejarse de hacer el cierre intelectual y formativo que esto significa. Es tarea del profesor.
Si pensamos que la construcción cognoscitiva se afirma en lo que el estudiante ya ha aprendido entonces se vuelve fundamental que en la lección haya conexiones explícitas con resultados anteriores, ya sea que hayan sido desarrollados en la misma lección o que formen parte de los resultados obtenidos en otras lecciones. Es decir, es importante integrar el conocimiento nuevo con el conocimiento aprendido para así permitir una condensación en la mente del estudiante. De lo que se trata, entonces, es de buscar las relaciones y los nexos dentro del conocimiento como un proceso.
Ahora bien, en todo esto no se debe perder la perspectiva. Cuando afirmamos la utilidad de la complejidad, de los ejercicios no rutinarios o la potenciación del razonamiento matemático y abstracto, no queremos decir que de lo que se trate sea de mostrar el rostro "difícil" de las matemáticas, casi como ejercer una "tortura sistemática". Los estudiantes deben obtener niveles de éxito con las matemáticas para encontrarles sentido y para poder proseguir en nuevos niveles más profundos de las mismas. Esto debe buscarse de una forma permanente. De igual manera, aquí se plantea la necesidad de una estrategia curricular integral diferenciada. En los primeros años formativos es necesario enfatizar los aspectos lúdicos a través de varios instrumentos didácticos. Con el paso de los años y los diferentes niveles los objetivos cambian obviamente. También, la dedicación en horas deberá ser distinta. Pero dejemos esta digresión aquí. Lograr que los estudiantes den sentido a las matemáticas, se familiaricen con ellas y encuentren interés en ellas se logra utilizando escaleras y andamios pedagógicos y didácticos apropiados, capaces de motivar, entusiasmar y provocar satisfacción con las matemáticas. Por eso no se debe escatimar su construcción. Sin embargo, si el énfasis es la repetición, memorización y sucesión mecánica de pasos mentales simples, es poco probable que se despierte el interés por parte de los estudiantes.
LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Estas consideraciones pedagógicas pueden aplicarse con especial privilegio a partir de una estrategia basada en la resolución de problemas, la que se ha convertido desde hace algunas décadas en una importante contribución a la Educación Matemática en el mundo. Tal vez la obra de Polya, que aunque escrita en los años 40 del siglo XX, fue traducida a otras lenguas hasta los años 60 y 70, fue la pionera en este tipo de propuestas. Él planteó una sucesión de pasos en la resolución de problemas: entender el problema, configurar un plan, ejecutar el plan, mirar hacia atrás. Y un conjunto de "mandamientos" para profesores:
• Interésese en su materia.
• Conozca su materia.
• Trate de leer las caras de sus estudiantes; trate de ver sus expectativas y dificultades; póngase usted mismo en el lugar de ellos.
• Dése cuenta que la mejor manera de aprender algo es descubriéndolo por uno mismo.
• Dé a sus estudiantes no sólo información, sino el conocimiento de cómo hacerlo, promueva actitudes mentales y el hábito del trabajo metódico.
• Permítales aprender a conjeturar.
• Permítales aprender a comprobar.
• Advierta que los rasgos del problema que tiene a la mano pueden ser útiles en la solución de problemas futuros: trate de sacar a flote el patrón general que yace bajo la presente situación concreta.
• No muestre todo el secreto a la primera: deje que sus estudiantes hagan sus conjeturas antes; déjelos encontrar por ellos mismos tanto como sea posible.
• Sugiérales; no haga que se lo traguen a la fuerza.
En el año 1966 el International Committee of Mathematical Instruction , ICMI, realizó una encuesta en varios países sobre el papel de los problemas en la actividad matemática escolar. Algunos años después, en los años 70 y 80 del pasado siglo, se desarrollaron importantes investigaciones sobre la resolución de problemas: Kilpatrick, Lester, Goulding, Glasier, Schoenfeld y muchos otros. En el año de 1980 la cuarta reunión internacional IV-ICMI, celebrada en Berkeley, EUA, tuvo un grupo de trabajo sobre resolución de problemas y de allí en adelante ha sido un tema central en la Educación Matemática internacional.
Un ejemplo relevante del papel de este tópico se puede apreciar con el documento Agenda for action (1980) del Nacional Council of Teachers of Matemáticas , NCTM, de los EUA, que colocaba la resolución de problemas como el foco de la Educación Matemática en la década de los 80 para ese país. En el año 1989 y, luego, en el 2000, esta organización poderosa ha propuesto el tema con igual intensidad (por medio de sus Estándares ).
Se trata entonces de un asunto presente en la Educación Matemática desde hace varias décadas, sin embargo, no se ha introducido en los curricula de los países con igual intensidad, e incluso en aquellos en los que se ha dado ha sido muy recientemente.
La resolución de problemas, como señalamos arriba, obedece a una comprensión tanto de la Educación Matemática como de la naturaleza de las matemáticas. Con Polya:
"Para un matemático, que es activo en la investigación, la matemática puede aparecer algunas veces como un juego de imaginación: hay que imaginar un teorema matemático antes de probarlo; hay que imaginar la idea de la prueba antes de ponerla en práctica. Los aspectos matemáticos son primero imaginados y luego probados, y casi todos los pasajes de este libro están destinados a mostrar que éste es el procedimiento normal. Si el aprendizaje de la matemática tiene algo que ver con el descubrimiento en matemática, a los estudiantes se les debe brindar alguna oportunidad de resolver problemas en los que primero imaginen y luego prueben alguna cuestión matemática adecuada a su nivel." (Polya 1954 -citado por Vilanova et al 2001)
En última instancia, concordamos, el corazón de la práctica matemática reside en la formulación y resolución de problemas. En ese proceso, por supuesto, intervienen factores diversos, que van desde las motivaciones psicológicas y culturales, hasta vectores de naturaleza social e histórica más amplia. El punto es, sin embargo, que si en las matemáticas y su aprendizaje la resolución de problemas posee una dimensión estratégica, la lección debe concebirse en buena parte a partir de la misma. Es decir, la resolución de problemas como metodología en la clase debe ocupar un lugar predominante. Y esto no es lo más común en la enseñanza de las matemáticas en los diversos países. Aunque varias estrategias pedagógicas diferentes a la resolución de problemas pueden propiciar resultados positivos en el aprendizaje, nos parece importante subrayar la resolución de problemas como un instrumento privilegiado (a potenciar e interpretar apropiadamente) en los planes de la Educación Matemática.
El tema es complejo empezando porque los términos se han usado de múltiples formas. Por ejemplo, como relación con el entorno (es decir: problema identificado con situación matemática en un contexto sociofísico ); otra: como habilidades que permiten resolver ejercicios de diferentes niveles (es decir, estrategias específicas). Las diferentes utilizaciones de estos términos las agrupa Claude Gaulin de la siguiente manera:
"Es decir, cuando decía que hay una falta de consenso y una cierta confusión sobre lo que significa enfatizar la resolución de problemas, quiero decir que existen personas que piensan e interpretan de diferentes maneras. No es muy grave...., lo importante es mejorar las cosas pero, si un gobierno o una asociación quieren proponer un mensaje, difundirlo e implementar esas ideas, se necesita un mínimo de coherencia y, en este caso, falta la coherencia. Este es el problema. Resumiendo, podemos apreciar que estoy distinguiendo entre:
1º Enseñar 'PARA' la resolución de problemas
2º Enseñar 'SOBRE' la resolución de problemas
3º Enseñar 'A TRAVÉS' de la resolución de problemas.
Son tres perspectivas y, en realidad, las tres son importantes. En los dos primeros casos la resolución de problemas está considerada como un objetivo y, en el tercer caso, como vehículo para enseñar o desarrollar otras cosas. Mi opinión es que esta falta de coherencia es el primer motivo por el que hay dificultades de implementación de estas buenas ideas sobre la resolución de problemas." (Gaulin 2000)
Nuestra visión asume la resolución de problemas como una importante estrategia general para estructurar la enseñanza aprendizaje, con base en una visión de las matemáticas que subraya en su naturaleza la formulación de problemas y la construcción cognoscitiva de soluciones. Puesto de otra manera: no como contenido sino como un proceso , que coincide con la visión del NCTM, por ejemplo, en sus Principles and Standards del 2000.
El punto teórico aquí, sin embargo, es acerca de cuáles son los problemas que deben servir para una estrategia así considerada. Aquí interviene la epistemología más general. El tipo de problemas y las situaciones que los plantean dependen de la naturaleza intima de los conceptos de las matemáticas, de los influjos sociales (el contexto), de las condiciones de los sujetos participantes, de los recursos didácticos disponibles, etc. Hay diferencias si se enfoca la construcción de esos problemas con una óptica como la Didáctica de las Matemáticas de la escuela francesa, o la fenomenología de Freudenthal, o un enfoque constructivista ortodoxo, etc.. Es este uno de los principales tema de investigación en la comunidad de educadores de las matemáticas.
Nos parece pertinente reseñar ahora algunas de las características del desarrollo de las lecciones de matemáticas en Japón, que ofrecen tradicionalmente un énfasis en la resolución de problemas. Esto nos puede permitir comprender, tomando en cuenta siempre las diferencias en contextos culturales distintos, algunas opciones para obtener mejores resultados en el aprendizaje de las matemáticas.
Ha sido ampliamente documentado el éxito educativo japonés en lo que se refiere a las matemáticas. Desde el Primer Estudio Internacional de Matemáticas en el año 1964, pasando por el Segundo Estudio en los años 1980 y 1982, y los recientes Third International Mathematics and Science Study , TIMSS ("Trends" ahora , un estudio comparativo realizado en 1995, 1989 y 2003) se ha tomado conciencia de este hecho. Y, precisamente, uno de los temas claves es el desarrollo de la lección. En muchos otros países el estilo de enseñanza de las matemáticas en la clase sigue un patrón muy común: una revisión del material previo y de la tarea dejada para resolver en la casa, exposición de un tema por parte del profesor, ilustración de un ejemplo por parte del profesor, introducción de ejercicios a resolver, supervisión del trabajo realizado por estudiantes en la clase (trabajos normalmente individuales), revisión de estos problemas planteados en la clase y, finalmente, asignación de nuevas tareas para realizar en el hogar. Todo con un énfasis en procedimientos de bajo nivel que imitan aquellos mostrados por el profesor. En Japón la estrategia de la lección es diferente: la regla es un tipo de trabajo en grupo, colaborativo, estrechamente supervisado por el profesor. Los profesores suelen comenzar la lección presentando a los estudiantes un problema matemático cuya solución exige mecanismos o principios que todavía no han aprendido. Es decir, una exploración conducida. Los estudiantes, entonces, trabajan solos o en pequeños grupos para buscar una solución al problema. Poco tiempo después los estudiantes presentan sus respuestas y el conjunto de la clase trabaja los problemas y las soluciones buscando los conceptos matemáticos involucrados y la forma de razonamiento apropiada. Esto es una lección realizada a través de la resolución de problemas. Repasemos el método con una explicación testimonio:
"Los docentes japoneses inician sus clases planteando un problema relativamente difícil (Stigler y Hiebert, 1999). Ellos animan a los niños a presentar sus propias ideas para resolver el problema. Durante la lección el docente pide a los niños hacer "hanashiai" en pequeños grupos, o en la clase completa como un solo grupo. Debido a que el problema es difícil, los niños frecuentemente formulan conjeturas e ideas erróneas o cometen errores de procedimiento. También, debido a que el problema es frecuentemente abierto, los niños pueden dar varias soluciones diferentes. El docente los anima a comparar entre ellos sus ideas y soluciones. En esas ocasiones pueden encontrarse contra-ejemplos y pueden presentarse contra-argumentos. El docente utiliza
intencionalmente esas oportunidades para estimular el pensamiento de los niños. La disciplina o moral tradicional japonesa pone un gran énfasis en reflexionar ('hansei') sobre los errores propios y en apreciar la contribución de otros, lo cual fomenta la cooperación entre los niños (cf. Lewis, 1995). Aunque el 'hanashiai' puede finalmente concluir estableciendo cual solución es mejor, correcta, eficiente, elegante o lo que sea, la competencia entre los niños es generalmente desalentada. Por ello, en principio, no existen ganadores ni perdedores en 'hanashiai', contrario a lo que sucede en la argumentación según el estilo occidental." (Sekiguchi y Miyazaki 2000)
Los énfasis refieren a los asuntos conceptuales. Por ejemplo, reseñan Sekiguchi y Miyazaki (2000):
"Las lecciones de matemáticas en las escuelas japonesas enfatizan el 'wakaru' (comprensión) de ideas matemáticas (véase Stigler & Hiebert, 1999). La memorización de fórmulas y la adquisición de destrezas no se consideran centrales en el aprendizaje. En las matemáticas escolares los japoneses enfatizamos la importancia de preguntar por qué, ya que pensamos que esto promueve la búsqueda del `origen' (causas o premisas básicas) del fenómeno en cuestión y la descripción de un camino (causal o lógico) ('sujimichi') que lleva del origen al fenómeno. Las respuestas a la pregunta por qué son o bien 'wake' (explicaciones) o 'riyu' (razones). Las actividades para encontrar y explicar 'wake' o 'riyu' se consideran esenciales para el aprendizaje de la prueba matemática en Japón (cf. Kumagai, 1998). Esto incluye descripciones sobre resolución de problemas (vgr., 'Escriba una ecuación para representar la situación problemática siguiente') y justificación de los procedimientos o pasos utilizados en esos procesos (vgr., '¿Por qué lo hizo así?')."
De igual manera, la demostración es parte de un trabajo colectivo y de comunicación:
"En el ciclo básico de la escuela secundaria, el explicar ('wake') o el dar razones ('riyu') es frecuentemente llamado 'setsumei'. Las actividades que hacen 'setsumei' se realizan normalmente antes de presentar la noción de demostración matemática 'shoumei'. Los términos 'wake', 'riyu' y 'setsumei' son comúnmente utilizados en la vida diaria de los estudiantes. En contraste, el término 'shoumei' aparece raras veces en la vida diaria. Por ello debe ser introducido y enseñado de una manera explícita en el colegio. En los colegios japoneses la noción de 'shoumei' se presenta primero a los estudiantes en las lecciones de geometría de octavo grado de matemáticas. En las lecciones, el 'shoumei' de un reclamo matemático se define usualmente como un acto mediante el cual se muestra de manera lógica que la conclusión es verdadera, o como un documento escrito de dicho acto. Y, 'shoumei' se concibe como una clase especial de 'setsumei', característica de las matemáticas. La enseñanza de la prueba matemática ha sido concebida tradicionalmente dentro del modelo de grupo de la comunicación japonesa arriba mencionado. 'Shoumei' debe deducir la conclusión declarada siguiendo las premisas aceptadas. Esto corresponde bien a la idea de `cumplir con las obligaciones sociales de la comunidad'. Por ello el modelo de grupo de la comunicación japonesa en público parece cumplir bien el proceso de mostrar pruebas. Esta manera de trabajar en la lección está asociada a una forma cultural." (Sekiguchi y Miyazaki 2000)
Una las características fundamentales en el sistema japonés para el desarrollo de la lección es la preparación por parte de los profesores. Se trata no sólo de un tiempo amplio para la preparación por parte del profesor de manera individual sino a través de una planificación en forma colaborativa de la lección. Existen incluso grupos de estudio sobre las lecciones que se reúnen entre 2 y 5 horas a la semana de manera regular; casi el 100% de los maestros participa en este tipo de grupos y más del 50% de los profesores de la educación secundaria. Es decir, hay una organización profesional que busca de manera colectiva mejorar, modernizar, potenciar los alcances de la lección. No es una estrategia individual sino colectiva. Esta estrategia para la clase permite el desarrollo de investigación en la misma; por eso, dentro de la actividad propiamente profesional no sólo se afirman mejores resultados en el aprendizaje, sino, también, una línea creciente por medio de una investigación permanente que sigue nutriendo un proceso de enseñanza y aprendizaje.
Se afirma que el origen de este sistema que enfatiza el desarrollo de la lección, el trabajo colaborativo, la observación y la planificación cuidadosa se introdujo en la década de 1870 al principio de la época Meiji. Aunque, es probable que esté anclada en las tradiciones propias de confucionismo.
En una estrategia de resolución de problemas se trataría, entonces, de realizar una adecuada selección de problemas, que resulten significativos desde un punto de vista matemático y para el estudiante. Es aquí donde se requiere investigación y la adopción de principios didácticos y epistemológicos. La naturaleza del concepto matemático en juego es determinante para definir una estrategia metodológica y pedagógica. La escogencia, presentación y desarrollo de los mismos se puede hacer a partir de recursos metodológicos como la historia, la tecnología, los modelos matemáticos, los entornos culturales y otros medios que logren motivar el interés del estudiante. La presentación introductoria de los problemas debe significar un reto, que a la vez pueda apelar a la complejidad y ofrezca vías de solución. El tratamiento de los problemas debe acudir a una actividad en grupo, colectiva, y con la orientación y lucidez del profesor. La estrategia para el desarrollo de la lección busca potenciar los métodos, conceptos y formas de razonamiento matemáticos, que siempre en todas sus dimensiones y niveles buscan la formulación y la resolución de problemas. Las tareas para la casa aquí no podrían ser meras repeticiones o aplicaciones de lo visto en clase, sino proyectos más complejos que ameritan incluso nuevos trabajos en grupo. Se trata de una estrategia integradora en relación con otros importantes vectores de la Educación Matemática actual.
CONCLUSIÓN
Una lección desarrollada con la mente en un aprendizaje efectivo en los métodos y razonamientos matemáticos y abstractos, con la perspectiva que hemos trazado en las páginas anteriores, exige un excelente dominio de las matemáticas por parte del profesor. Pero, también, de la pedagogía y didáctica correspondientes. Si no hay dominio de los contenidos de la matemática con calidad y profundidad no es posible involucrarse en los procesos que revelen el sentido profundo de los mismos. Y si la pedagogía y didáctica de las matemáticas no están presentes en la formación del maestro y profesor no es posible crear los puentes, las escaleras y andamios para llevar a los estudiantes hacia nuevos niveles de conocimiento matemático y lograr una satisfacción con esta disciplina.
Debe subrayarse aquí la necesidad de una convergencia e interacción profundas entre matemáticas y pedagogía (un verdadero compromiso multi, inter y transdisciplinario), porque muchas veces lo que las universidades han ofrecido en sus planes de formación de especialistas es una yuxtaposición de ambos componentes sin el desarrollo de una auténtica pedagogía o didáctica específica de las matemáticas. La formación matemática del profesor de matemáticas se ha realizado casi siempre con el perfil del matemático (aunque con menos contenidos) y la de una pedagogía de una manera muy general con contenidos y métodos aplicables a cualquier profesión. No se ha desarrollado con éxito una formación universitaria con base en un perfil propio del profesional en Educación Matemática. Este es uno de los principales esfuerzos internacionales dentro de la construcción de esta nueva disciplina científica.
De igual manera se debe entender que una metodología para el desarrollo de una lección como la que hemos reseñado, requiere no solo más recursos sino una mayor preparación y planificación por parte de los profesores. Esto invoca un componente social que permitiría una potenciación de la clase: la colaboración colectiva en la planificación y desarrollo de ésta. La construcción de grupos de estudio de la lección (como se hace en el Japón y se está generalizando en varias partes del mundo) que involucre la observación, introducción de materiales didácticos, capacitación, coordinación, representaría un salto cualitativo en la perspectiva profesional del profesor de matemáticas. Es decir, aparte de las metodologías o didácticas a desarrollar en la lección por parte de un profesor, las dimensiones colectivas y sociales pueden representar mecanismos para potenciar, hacer progresar y modernizar la enseñanza aprendizaje de las matemáticas. Hay aquí un espacio especial y necesario para la investigación educativa.
Si se adoptara una estrategia de resolución de problemas como central dentro de una política educativa, se plantearía una modificación profunda de varias dimensiones en la Educación Matemática del país. No solo la formación en Educación Matemática dada por las universidades debería reformarse, a lo que ya nos hemos referido, sino el significado y lugar de los medios (como textos, audiovisuales, pizarra), las tecnologías jugarían un papel especial (las de comunicación en particular), los programas y en general los curricula no podrían quedar iguales si se busca un énfasis en lo conceptual y sus vínculos con el entorno (objetivos, metodologías cambian), y el sistema de evaluación debería cambiar drásticamente. Las acciones de capacitación y organización académicas deberían ser muy fuertes. Y la orientación educativa gubernamental debería ser radicalmente otra.
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