jueves, 19 de julio de 2012

ACTITUDES FRENTE A LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS



Las actitudes que se adoptan frente a la resolución de problemas, las vamos centrar en los directamente implicados, alumnos y docentes. Este análisis viene condicionado por las realidades que constatamos en nuestras aulas, en las que nuestros alumnos/as presentan actitudes ante la resolución de problemas del tipo:

• Ir directamente a conseguir la solución sin establecer previamente un plan de trabajo; no organizan la información recibida, o lo hacen con precipitación.
• No realizan una lectura comprensiva del enunciado.
• Resuelven rápidamente a modo de ensayo/error, sin lectura previa, tomando los datos numéricos (claramente diferenciados de las palabras en el enunciado) de acuerdo con los conocimientos que más se dominan, no necesariamente con los más relevantes para su solución.
• Suelen dispersar su atención, debido normalmente a la dificultad que tienen de abstraerse de otros estímulos y concentrarse en la tarea propuesta.
• Les falta de razonamiento ante los datos aportados, posiblemente por la carencia de madurez del alumno/a.
• El miedo que sienten ante situaciones novedosas o que no dominan les lleva a un bloqueo que les impide incluso escuchar las sugerencias y explicaciones del maestro.
• La mayoría de los alumnos piden la ayuda del maestro para la resolución antes de haber terminado de leer el problema.
• Los problemas que se les presentan no le sugieren nada, por lo que no suelen estar motivados y no sienten necesidad de resolverlos. Hay que tener claro que la realidad e interés de los alumnos es distinta a la de los adultos.
• Existencia de una separación entre la realidad en la que vive el alumno/a y la traducción al lenguaje matemático. Desde este punto de vista, los problemas aparecen primero para la construcción de los objetos matemáticos y después para su aplicación a diferentes contextos.

Actitudes de los alumnos frente a los problemas matemáticos, variables que influyen.

Para los alumnos/as, las matemáticas son una materia difícil que provoca sentimientos de intranquilidad, miedo, ansiedad, inseguridad, desconcierto e incertidumbre y manifiestan con frecuencia sus sentimientos acerca de ella, a través de expresiones como “odio las matemáticas” o “me divierto con las matemáticas”, etc. Otras veces, el blanco de sus sentimientos es el maestro que las imparte: “el maestro me tiene manía”, “No me entero como explica”,…

En este rechazo influyen:

• La naturaleza precisa, exacta y sin ambigüedades de las matemáticas.
• Su carácter abstracto e impersonal.
• La actitud de los profesores hacia los alumnos/as y hacia la asignatura.
• La metodología de enseñanza.
• La imagen estereotipada de su entorno que le hace tomar una determinada postura ante el aprendizaje matemático. Es habitual que los padres, amigos o compañeros comenten sus experiencias amargas y sus sentimientos de fracaso en matemáticas, con lo que en lugar de motivar al estudiante, lo angustian y, lo predisponen.

En la formación y mantenimiento que los alumnos/as adoptan frente a los problemas, juegan un importante papel las razones del contexto social y del aula en las creencias, emociones y actitudes.

Las creencias relativas a la resolución de problemas hacen referencia al conocimiento subjetivo que tiene el alumno sobre la naturaleza de las Matemáticas y pueden influir tanto en la motivación con la que los alumnos se enfrentan a las Matemáticas, como en el rendimiento matemático e incluso en la elección de las estrategias de resolución que aplicarán.

Las actitudes hacia la resolución de problemas hacen referencia a los sentimientos positivos o negativos que despierta en el alumnado dicha resolución. Cuando los sentimientos son de tipo negativo las actitudes que adoptan suelen ser:

• Comportamiento de “adhesión”: escogemos la alternativa sin riesgo, o por lo menos con riesgo conocido, que otras cuyas consecuencias desconocemos. “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”.

• Comportamiento de “evitación defensiva”: tomamos una actitud defensiva si es imposible encontrar una alternativa sin peligros (conocidos o desconocidos. En este caso la información puede seguir una de las siguientes alternativas:

- Posponer: Se huye del problema que nos obliga a tomar decisión que no sabemos dónde nos llevarán.

- “Pasar el muerto”: Buscar a otro que nos resuelva la situación (compañeros, padres, hermanos...). Con la excusa de que les ayudemos, buscan un “vicio” en el ayudante…, que nos hagan el trabajo.

- “Mini-Maxi”: Si no podemos “pasar el muerto” y no tenemos más remedio que hacer el trabajo, buscamos entre los conocimientos que tenemos (Maximiza nuestras posibilidades) una posible respuesta (minimiza las consecuencias de no hacer nada).

- Hipervigilancia (parálisis por análisis): El alumno se ve presionado y busca todo tipo de información, no distinguiendo entre la que es objetiva y la que es subjetiva, relevante o irrelevante, favorable o desfavorable, etc.

• Cuando son conscientes del riesgo y no se sienten presionados por el tiempo se encuentran motivados, buscan información objetiva favorable y desfavorable, , analizan .

Las emociones en el caso de las Matemática se refieren a las reacciones que tienen cuando se enfrentan ante una tarea matemática como puede ser la resolución de problemas. Así hay alumnos que se bloquean ante un problema, a veces, se sienten frustrados y buscan tentativamente la respuesta que les sacará del bloqueo, sin importarles si esa respuesta es lógica o no.

Es frecuente experimentar sentimientos a lo largo del proceso de resolución de un problema. Estos sentimientos y emociones pueden hacer de motor que impulse para buscar una solución o, por el contrario, bloquear dicho proceso debido al peso de las emociones negativas.

Durante la familiarización con la situación problemática se suele experimentar una tensión en la búsqueda de un plan de resolución, que en algunos casos puede desembocar en interés y en otros, en ansiedad. De esta manera, cuando se produce la inspiración se tienen sentimientos positivos que cobran más o menos intensidad. Sin embargo, en el momento de la verificación de la solución se puede sentir placer o frustración, según que una demostración confirme o no la validez del plan previsto.

Cuando una persona está ansiosa, interpreta los sucesos como amenazantes y peligrosos, creándose un circuito de retroalimentación negativa entre sus pensamientos y la actividad psicofisiológica. Como resultado, aparecen valoraciones catastrofistas y pensamientos derrotistas:”me voy a quedar bloqueado”; “perderé los papeles”; “es muy difícil”; “haré el ridículo”; “es un rollo”. En el Cuadro I se recogen las manifestaciones en las respuestas de ansiedad ante las matemáticas:

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