- La evaluación para el aprendizaje debe ser parte de la planificación
efectiva de la enseñanza y el aprendizaje.
La
planificación de los maestros debe proveer oportunidades tanto para el alumno como
para el docente para obtener y utilizar información en torno al progreso para
alcanzar las metas del aprendizaje. También debe ser suficientemente flexible
como para responder a ideas y habilidades iniciales y emergentes. La
planificación debe incluir estrategias para que los alumnos comprendan las
metas que están tratando de lograr y los criterios que se aplicarán al evaluar
su trabajo. También se planificará de qué manera recibirán retroalimentación
los alumnos, cómo participarán en la evaluación de su aprendizaje y cómo se les
ayudará a lograr mayores progresos.
- La evaluación para el aprendizaje debe focalizarse en
cómo aprenden los alumnos.
El
proceso de aprendizaje debe estar en la mente tanto del alumno como del maestro
al planificarse la evaluación e interpretarse la información. Los alumnos deben
tener igual conciencia respecto de "cómo" aprenden como de
"qué" aprenden.
- La evaluación para el aprendizaje debe ser
reconocida como central para la práctica en aula.
Mucho
de lo que hacen los maestros y los alumnos en las aulas puede describirse como
evaluación. Por ejemplo, las tareas asignadas y las interrogaciones impulsan a
los alumnos a demostrar sus conocimientos, comprensión y habilidades. Lo que
los alumnos dicen y hacen luego es observado e interpretado, y se forman
juicios respecto a cómo puede mejorarse el aprendizaje. Estos procesos de
evaluación constituyen una parte esencial de la práctica en aula cotidiana y
conducen a los maestros y los alumnos a la reflexión, el diálogo y la toma de decisiones.
- La evaluación para el aprendizaje debe ser
considerada como una habilidad profesional clave en los maestros.
Los
maestros necesitan contar con los conocimientos y habilidades necesarios para:
planificar las evaluaciones; observar el aprendizaje; analizar e interpretar
evidencia de aprendizaje; entregar retroalimentación a los alumnos y apoyarlos
en su autoevaluación. Debe apoyarse el desarrollo de estas habilidades en los
maestros a través del desarrollo profesional inicial
- La evaluación para el aprendizaje debe ser
sensible y constructiva, porque cualquier evaluación tiene un impacto
emocional.
Los maestros deben estar conscientes del
impacto que sus comentarios, puntajes y calificaciones pueden tener sobre la
confianza y el entusiasmo de los alumnos, y deben ser lo más constructivos
posible en la retroalimentación que entregan. Los comentarios centrados en el
trabajo en lugar de la persona son más constructivos, tanto para el aprendizaje
como para la motivación.
- La evaluación debe tomar en cuenta la
importancia de la motivación en los alumnos.
La
evaluación que alienta el aprendizaje promueve la motivación al colocar el
énfasis en el progreso y los logros en lugar del fracaso. Las comparaciones con
otros que han tenido mayor éxito tenderán a desmotivar a los alumnos. También
puede llevarlos a retirarse del proceso de aprendizaje en áreas donde se les ha
hecho sentir que 'no sirven'. La motivación puede preservarse y reforzarse a
través de métodos de evaluación que protejan la autonomía del alumno, ofrezcan
cierta elección y retroalimentación constructiva, y den lugar a oportunidades
para la autodirección.
- La evaluación para el aprendizaje debe promover
el compromiso hacia las metas del aprendizaje y una comprensión compartida
respecto de los criterios que se utilizarán para su evaluación.
Para que ocurra un aprendizaje efectivo, los
alumnos necesitan entender qué es lo que están tratando de lograr – y querer
lograrlo. La comprensión y el compromiso se producen cuando los alumnos tienen
alguna participación en la decisión respecto a las metas y la identificación de
criterios para evaluar el progreso. La comunicación de los criterios de
evaluación implica discutirlos con los alumnos utilizando términos que puedan
entender, entregando ejemplos de cómo pueden cumplirse los criterios en la
práctica y motivando a los alumnos a practicar la autoevaluación y la
evaluación entre pares.
- Los alumnos deben recibir orientación
constructiva sobre cómo mejorar.
Los
alumnos necesitan información y orientación para poder planificar los
siguientes pasos en su aprendizaje. Los maestros deben identificar las
fortalezas de los alumnos y aconsejarles sobre cómo desarrollarlas; ser claros
y constructivos respecto a sus posibles defectos y cómo podrían tratar de resolverlos;
proveer oportunidades para que los alumnos mejoren su desempeño.
- La evaluación para el aprendizaje desarrolla la
capacidad de autoevaluación en los alumnos, ayudándolos a llegar a ser
reflexivos y autodirigidos.
Los
alumnos independientes tienen la capacidad de buscar y lograr nuevas
habilidades, nuevos conocimientos y nuevas formas de comprensión. Son capaces
de reflexionar autónomamente y de identificar los siguientes pasos en su
aprendizaje. Los maestros deben inculcar en los alumnos el deseo y la capacidad
de hacerse cargo de su aprendizaje a través del desarrollo de las habilidades
de autoevaluación.
- La evaluación para el aprendizaje debe
reconocer la gama completa de los logros de todos los alumnos.
La evaluación para el aprendizaje debe utilizarse
para reforzar las oportunidades de los alumnos para aprender en todas las áreas
de la actividad educativa. Debe permitir a los alumnos lograr lo mejor de sí y
el reconocimiento de sus esfuerzos.
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